He capturado esta imagen,
en alguna web de fotografía, de las muchas que me gustan visitar.
He querido mostrarla en
este post, al mismo tiempo que la he guardado tanto en el disco duro del
ordenador, como en el de mi memoria.
Así cuando la vea, seguiré recordando el
fresco rumor de la leve espuma, golpeando el latido joven de mi muñeca de niño,
el reflejo del sol sobre el agua, llenando de estrellas la piel luminosa del
arroyo, la frescura verdosa de la hierba, moteada con un caleidoscopio
multicolor de flores sencillas.
Recordaré la frescura
presentida de la sombra benefactora de los árboles, guardianes robustos y
perennes del orden del paisaje.
Y cubriéndolo todo, como
la mano protectora y caliente de una madre, el añil de un cielo, acogedor y
constante.
¿Cuántas generaciones de
niños podrán disfrutar de estas sensaciones, sin necesidad de asistir a algún
parque temático, donde la naturaleza esté cuadriculada como un zoo? ¿La
irresponsabilidad de los que solo piensan en recalificaciones, metros cuadrados
edificables, cuentas corrientes abusivas y vergonzantes, cambalaches políticos
y empresariales, serán capaces de borrar de un brochazo soez de cemento y
avaricia, la idílica belleza de esta foto?
¿Tendrán que explicarles a
las hijas de mis nietas, que hubo un tiempo en que su bisabuelo corría descalzo
por las huertas, dormía la siesta a la sombra de un manzano, acompañado por el
sonido monocorde de los cangilones vaciando el agua pura, brillante y nutricia
que regaba los campos?
¿Sabrán que el mejor
juguete que nunca tuvo su bisabuelo fue la libertad de correr descalzo por la
hierba y que el kart que solo supo usar, fue el de una trilla, recorriendo las
horas calientes y picajosas del reloj cereal y rustico de una "parva"
en la era?
Cuando se hallan llenado
todas las cajas fuertes, cuando las ansias de muchos políticos se vean
saciadas, cuando los pájaros no puedan encontrar una rama hospitalaria, cuando
el mar se avergüence de la costa y pierda la blanca candidez de sus espumas,
cuando la única sombra posible, sea la de una marquesina y solo quede sol y
agua para el deporte elitista y voraz, entonces solo nos quedará el recuerdo de
aquellos días en los que éramos libres y la naturaleza nos premiaba con el
regalo impagable, pero que no cotiza en bolsa, de la vida con mayúsculas.
Mis lágrimas de ahora mismo, no son por la
evocación interesada de mi juventud perdida, son por la juventud que quieren
masacrar, los que tiene un corazón que solo late con el soez tintineo de las
monedas y que solo saben diseñar un paisaje de tristeza y sombras.
!!Pobres, su ansia les nubla la razón y ni siquiera les deja
pensar en la felicidad de sus nietos!!
¿Y sabes lo que es peor? Que ya no hay vuelta atrás en todo este montaje de crear analfabetos funcionales. Solamente los pequeños a quienes podamos influir con las bellezas, como esta imagen que nos brindas, aportarán una pincelada distinta al cosmos. Pero hacerles diferentes o pensar distinto, también les hace vulnerables frente a la masa... y fuertes y seguros también.
ResponderEliminarMi pena se une a la tuya, amigo.
Un cafelito, anda.
Mi ánimo en este tema oscilla: a ratos pienso como tú y me entristece el futuro de las generaciones siguientes y en otros ratos descubro a gente joven que alza la voz y confío en que se harán oír.
ResponderEliminarhttp://elsauco2.blogspot.com.es/2014/01/todo-por-la-ciencia-entomologica.html
Un gran abrazo, Juan.
¡Hola Juan ! qué preciosa imagen ! Me ha enamorado. . Tus palabras dicen todo lo que yo también pienso. Siempre me digo ¿ qué mundo le dejaré a mis nietos ?Probablemente nosotros hayamos hecho algo mal. Las culpas nunca son de un solo lado.
ResponderEliminarUn abrazo gigante.
¡¡FELIZ INICIO DE SEMANA !! :)
Resulta, cuanto menos, curioso ver la recuerdos que se activan en nuestro interior el hecho de mirar una imagen o de oir una melodía, oler un perfume... ¡que se yo! Respecto al futuro que planteas en tu escrito, no voy a opinar ( porque lo veo desolador); así que me quedo con los recuerdos evocados en las primeras palabras.
ResponderEliminarbss.
Ya lo han dicho, esto no tiene vuelta atrás. Aún recuerdo cuando salia a por la leche que extraían bien de las ubres de la cabra o de la vaca según la deseáramos, hoy los niños/as se creen que la leche se cría en la botella o en el tetrabrik y lo que es peor solo conocer a esos animales por los libros, podemos decir que aunque no me gustan esos "parques", diremos que "a falta de pan buenas son tortas", una mala manera de consolarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
No creo que la avaricia de los políticos se vea nunca saciada, y si lo es siempre llegará detrás otros dispuesto a comenzar una nueva tala de bosques o de cualquier otra cosa para que sus arcas también se llenen, son como las cabezas de la hidra, si cortas una sale otra, y quizás multiplicada, el único remedio es cortaslas todas de raíz.
ResponderEliminarBesos y ojalá tus bisnietas disfruten por sí mismas de todo cuanto tú disfrutaste.
Han destrozado el futuro de los jóvenes, ahora están peor que hace cincuenta años, es triste, muy triste, lo que están haciendo con ellos, España se está quedando sin jóvenes porque aquí nada tienen que hacer.
ResponderEliminarUn beso.
Me has emocionado con tus palabras!...¿será posible que seamos tan tontos, tan necios¿ Preservar la naturaleza no significa privarse de tener un bien mayor, todo lo contrario, significa asegurarnos nuestra propia preservación futura!---muy emotivo texto al que me sumo en espíritu.
ResponderEliminarun abrazo.
No te falta la razón, Juan.
ResponderEliminarCierto es que existen muchos intereses que poco a poco van borrando paisajes y escenas como los que has descrito con tu acostumbrada maestría y sensibilidad. Pero yo me pregunto ¿por qué nuestros hijos no se revelan y defiende el futuro de sus descendientes? Creo que hemos formado una generación de "acomodados" que esperan que sean otros los que salgan a la calle, los que denuncien, los que se impliquen. Y que me perdonen los que sí lo hacen.
Un abrazo
¿Y cuántas veces habremos pensado eso cuando vamos a alguno de nuestros parajes "mágicos"? Ya van quedando menos, y los que quedan siempre bajo la sombra de algún proyecto, presente o futuro, que lo llene de cemento.
ResponderEliminarEn cierta forma, como un aspecto del problema que mencionas, está nuestro afán por poseer aquel paisaje que nos llena los sentidos y abre los poros de nuestra alma. Vas a un sitio y empiezas a frecuentarlo, me refiero a un lugar paradisíaco, algo parecido a la foto que pones, al cabo de un tiempo empiezas a pensar lo bien que estaría poseer algunos metros cuadrados del mismo, no sé, quizá para hacerte una casa. ¿Y luego, qué? ya estás allí, ya lo posees y encima has disipado la magia que conlleva el sentirse de paso sobre esta tierra, disfrutando las cosas cuando las tienes delante, en ese preciso momento. Es algo así como la manía de encapsular lo intangible, y las sensaciones que nos produce un bello paisaje, lo son.
Un fuerte abrazo
Precioso texto y preciosa foto.
ResponderEliminarAsí es, los que ya tenemos una edad sabemos lo que era vivir en contacto con la naturaleza y su enorme beneficio.Son sensaciones que nuestros nietos no conocerán, la mayoría y no deja de ser otro robo más de la absurda forma de vivir que nos impone esta sociedad muda y sorda a lo que de verdad importa.
Saludos.
Preciosa imagen y duras y ciertas tus palabras, ojala y no perdiéramos la esencia de la naturaleza. Seria bonito poder disfrutarla siempre.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Parisina.
Me has dejado en silencio, recorriendo parte de mi infancia. Y pienso en mis afectos, en que ellos están a cal y cemento. Cuanto se ha perdido. Ese caminar descalzo como bien tú dices.
ResponderEliminarY no es la perdida de juventud, son las perdidas del contacto con la alegría de la naturaleza.
Un abrazo :)
Quizá todavía estemos a tiempo de encontrar el modo de no dañar más la naturaleza. Tendremos que confiar en las generaciones venideras y su desapego a la avaricia....Me voy con un escalofrío en la piel del alma.
ResponderEliminarAbrazos amigo.
Me encanta la imagen y tu texto es muy certero, no se que les quedará a las generaciones venideras, cada vez el contacto con lo natural es menos o cada vez queda menos naturaleza y encima quieren eliminar animales y plantas en la enseñanza general..... no se, realmente no se donde vamos, pero es muy triste. Ojala estemos a tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte querido Juan
Hace muy pocos días pensaba algo parecido a lo que planteas en tu entrada, me preguntaba si llegará un día en que la naturaleza sea visitable tras pagar la entrada a un parque protegido y vallado, donde sólo podamos transitar por los caminos señalizados.
ResponderEliminarPara mí pocas cosas hay comparables con la experiencia maravillosa que tan bien relatas al empezar la entrada. Pararme en medio del campo y abarcar el horizonte en 360º, contemplar el mar desde un acantilado, subir por un estrecho sendero de montaña, tumbarme bajo la sombra de un árbol, escuchar el canto de los pájaros al amanecer...
Espero de corazón que las nietas, de las nietas de tus nietas, puedan seguir disfrutando de toda esa maravilla.
Besos
Entiendo y comparto tu preocupación por las generaciones futuras.
ResponderEliminarTengo la suerte de que, aunque vivo en Madrid, irme casi todos los fines de semana a un pequeño pueblo de Toledo y a él, por suerte, no ha llegado la masificación ni los grandes edificios. Con dos pasos estás en plena naturaleza.
Quiero creer que, poco a poco, nos estamos concienciando de lo necesario que es preservar los espacios naturales y que las generaciones que vienen sabrán devolver su espacio a la naturaleza.
De no ser así, será ella misma quién los vuelva a hacer suyos utilizando toda su fuerza que, como nos demuestra cada vez más a menudo, es imparable.
Besos.
Juan L., lástima que esta noche no tenga muchas fuerzas para rebartirte ese futuro tan , tan negro. pero aun así me niego, aunque sea lo más probable, me niego Juan L. , no quierooooo , es mi deseo que no suceda.
ResponderEliminarBesos fuertes ♥♥
Poedmos decir que disfrutamos de la infancia.
ResponderEliminarA cuantos se la están robando! Y no sólo en los países pobres, sino aquí, a nuestro lado, por las canalladas de unos cuantos.
Mi complicidad en un abrazo.
Puede ser esa falta de libertad una de las causas de la tristeza del hombre, que todo lo consume, todo, menos, el "no consumir", el disfrutar sin pagar, el no obtener, ni acaparar. Ojalá seamos más los que, saliendo de la anestesia, sepamos trasmitir nuestras libertades a los que vienen. Los poetas, para empezar, tienen esa gran responsabilidad. Un abrazo enorme Juan.
ResponderEliminarLa naturalidad y la pureza que tu viviste nunca la podrán respirar las hijas/os de tus nietas. También es cierto que tu infancia y juventud fue mucho más dura y cruda que la situación actual. Deseo que no dejemos de luchar por conservar los lugares naturales y por que la convivencia entre personas no se deteriore aún más, para que el legado tenga algo de valor.
ResponderEliminarun fuerte abrazo