Lo peor de esta crisis, no es que exista con sus obscenas consecuencias, es que encima los `políticos le cubran el rostro a la verdad, tratando de disfrazar sus crudas realidades.
Tal parece como si el arma segura y necesaria para buscarse un lugar al
sol en este mundo tan macilento y oscuro, fuese la mentira.
Nos engañan- o tratan de hacerlo- creando personajes de precaria
biografía, sustentadas en algunas mentiras bien publicitadas.
Nos engañan taimadamente, aprovechándose de nuestra bondad, sin importar
que esa mentira, que a los que la infunden les resulta provechosa, sea nefasta
para la necesaria solidaridad entre el género humano.
Personajes con alma de falsarios, políticos fuleros, medios de
comunicación mendaces y tertulianos
sofistas, no se dan cuenta que con sus soflamas no solo esconden la
verdad, es que dan una clara lección de cobardía.
Habrá que sumar la asignatura de la mentira a los planes de futuros
estudios y de ese modo suplir el espacio dejado por la nonata Educación para la
Ciudadanía.
Seguramente, en algún momento de nuestra existencia hemos mentido,
porque hay algunas veces que las mentiras son lenitivas, pero no parece
conveniente recurrir con asiduidad al engaño.
Entre otras razones porque la faceta que define al mentiroso compulsivo
es su falta de personalidad, su egoísmo, su inmadurez y sobre todo su falta de respeto por si mismo
y por los demás.
Es malo acostumbrase a la mentira como sólido argumento, ya que la
cadena que se puede iniciar con un eslabón que pretende ser único, acaba por
encadenarnos para siempre, en el intento de justificar la primera con otras
sucesivas.
Además el embustero corre el riesgo de no ser creído, incluso cuando
dice la verdad.
Algunos políticos, bastantes por lo que suele verse día a día, parecen
estar genéticamente incapacitados para decir la verdad.
Exigen a los demás lo que ellos no son capaces de cumplir, ven la paja
en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo. Y todo ello lo hacen salpimentando
con falacias y falsedades su incomestible mensaje.
Cuando estos políticos consiguen un lugar al sol a pesar de sus engaños,
o lo que es peor acceden al poder, el mal ya es irreparable, la mentira se habrá instalado en la “cosa
pública” con todas sus tremendas consecuencias
Los ciudadanos de bien, los que no estamos dispuestos a comprar
mentiras, por muy bien envasadas que nos las presenten, somos los únicos que
debemos curar esta grave pandemia que nos afecta, recetándoles unas fuertes
dosis de verdad en las urnas y con nuestra voz más sonora, cuando los mítines
callan.
Y estamos obligados a esta prescripción, si en verdad nos consideramos
verdaderos ciudadanos.
De no ser así, tendremos que recordar las palabras certeras de Marco
Tulio Cicerón: “La
verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.
Más sobre crisis y otras imposturas en el Blog de Pepe.
Efectivamente, Juan L., han hecho de la mentira su modus vivendi. Tanto que son incapaces de decir verdades. Prefieren la falsedad, el engaño, las promesas imposibles, a la honestidad y la lealtad para con aquellos que les han confiado su voto. Siendo esto lamentable, que lo es y mucho, más lamentable aún es que los ciudadanos normales no tengamos espíritu crítico a la hora de elegir a nuestros representantes, y que, una vez elegidos no nos movilicemos para exigirles el cumplimiento de aquello que prometieron.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu participación.
"Maldita Mentira" Porque sera tan dificil para algunos decir la verdad? Gracias por compartir. Que pases un feliz dia. Bendiciones!
ResponderEliminarQue gran verdades has dicho. La mentira disfrazada de verdad es lo peor, y nuestros políticos la utilizan mucho y a muchos los engañan y por desgracia los volverán a votar. Así somos los seres humanos, que somos los únicos que tropezamos dos veces en la misma piedra.
ResponderEliminarUn abrazo
Contra la mentira, la consciencia de nuestro de nuestro día a día bajo su yugo, nuestra rebeldía de implantar la realidad comencemos en esas urnas del 25 de mayo que no queden vacías, ni un voto para los conocidos embaucadores DIGAMOS NUESTRA VERDAD, LA REAL¡¡¡
ResponderEliminarSalud compañeros¡¡¡
tRamos
La crisis en sí es una tremenda mentira que estiran y estiran para que los de siempre vayan ganando cada vez más y quitarse de en medio a los pobres "que no sirven para nada" según una ¿señora?cuyo nombre me da repelús nombrar y si por el camino se quedan personas mayores y enfermas, mejor as´se ahorran pensiones y prestaciones sociales.
ResponderEliminarUn texto fuerte, tal como merecen esos hechos que denuncias. Una frase que me gusta dice que con la mentira se puede llegar muy lejos, pero no volver atrás y nos queda ver como los mentirosos siguen su carrera hacia ninguna parte, esperando que llegue su castigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, Juan, miente hasta el apuntador del hemiciclo. Y luego, en lugar de un 99% de abstención, va y vota la gente. Increíble. A veces te da por pensar que los los indigentes del hemiciclo no son más que la cristalización (o la proyección) de la masa que los aúpa. Y han venido revoluciones, algunas de ellas tan curiosas que, en nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad...se pusieron de guillotinar a diestro y siniestro. Por no hablar de los resultados de otras más hacia el Este y en el siglo pasado. Y es que al final a uno le entran arcadas, ya ni de las "manifas" te fías...son capaces de aglutinar en una misma fila a quienes protestan por el desempleo, a quienes protestan por la destrucción del ecosistema de cierta lagartija autóctona de cierto camino de la huerta y, a la vez, defienden el derecho de una madre a asesinar a su hijo no nacido, aunque no se incurra en ninguno de los supuestos obvios en los que eso es una lamentable pero inevitable necesidad. Como ves, da todo demasiado asco. Quizá la evolución de la especie nos baje, definitivamente, del platanero en el que andamos columpiándonos todavía, aunque se tire de portáliles en lugar de garrotes.
ResponderEliminarEn fin, un abrazo
Hemos, que hay especialistas de las mentiras, y para eso se convencen primero y luego salen a poner zancadas a través de sus discursos, que nunca llegan a realizarse, juegan con nuestra creencia, esperanza y ganas de un mejor mundo, así en todas partes. Lo triste es, que cuando tu te cansas, muchas veces no es a ellos a quien se le niega que sigan surgiendo, sino a nosotros por descreídos.
ResponderEliminarUn abrazo:)
Yo creo que cada sociedad elige a los gobernantes que mejor la representan, porque, aunque lo neguemos, los políticos de turno son producto de esa sociedad que luego de ellos se escandaliza. Si se tolera la corrupción, si se aguanta que se manipule la opinión pública, si se los vuelve a elegir, por dependencia o conveniencia sectorial, no se puede decir que ellos nacen de un repollo, o que son una clase aparte. Son producto de una sociedad que es corrupta en su conjunto. Si nos ponemos a hilar fino, vemos que quienes más critican sin proponer soluciones son los que más desobedecen las normas, los primeros que recurren a la violencia como respuesta a lo que consideran atropello. Si no se respeta la ley, tanto "arriba" como en los distintos ámbitos, no se puede construir nada positivo. Por eso creo que lo que llamamos crisis política suele ser una crisis mucho más genérica, más integral, corrupta en todos los niveles, donde se tolera y recurre a la mentira para justificar la inmoralidad propia y aún para denigrar toda propuesta ajena que pudiera ser mucho más constructiva. Creo que hay que hacer mucho mea culpa, buscar reconstruir desde la base para luego intentar un replanteo integral de medios y objetivos. Si hay quien miente y vive de ello, repitiendo el ciclo una y otra vez, es porque hay quienes se dejan engañar, por ineptitud o conveniencia.
ResponderEliminarun abrazo
Un duro texto, que está repleto de verdades, más allá de que hable de mentiras.
ResponderEliminarEs difícil ya creer en alguien, estamos tan decepcionados de los políticos, y de todo lo que forma parte de nuestra sociedad que nos parece utópico llegar a tener un gobierno, o una persona que sea sincera como cabeza de mandato.
Ojalá todo cambie algún día, y la mentira sea solamente un argumento de novela.
Un abrazo.
Un texto contundente y, como dice Sindel, repleto de verdades.
ResponderEliminarY sí, se engañan si creen que nos engañan a nosotros a golpe de sus mentiras. Y no sé lo que es peor: si terminan convencidos ellos mismos de lo que dicen a fuerza de repetirlo o si llevan su cinismo hasta el extremo de saber diferenciar entre lo uno y lo otro y que les importe un pepino. Me temo que es lo segundo.
Y desgraciadamente el ambiente creado hace que ya no se confie en nadie en temas políticos.
Fuertes dosis de verdad en las urnas: ¡ójala se consiga!
Gracias Juan, como siempre.
Un abrazo grande.
Después de leer tus acertadas palabras y las de tus comentaristas solo se me ocurre añadir que muchas generaciones hemos crecido en la mentira constante y permanente. Desde los Reyes salvadores abundan en nuestra historia, a los ministros, gobernadores que han dirigido nuestras vidas desde hace siglos hasta el enunciado que los militares adujeron para desembocar en la Guerra Civil: "salvar al pueblo español de los reaccionarios republicanos" y, como no, nuestra propia pasividad, tanto de entonces como de ahora. Todo ésto hace que la mentira, la falsedad, el engaño y la patraña forme parte de nuestra genética...
ResponderEliminarun abrazo Juan
Vivir en la mentira.... en arenas movedizas, instalados en el peor escenario..
ResponderEliminarPalabras que llegan y duelen y nos cuestionan...Me alegra contar con ellas para reflexionar.
un abrazo
Y qué fácil es hablar para después no hacer. Me quedo con las personas, anónimas, que prefieren hacer y no hablar. Este mundo sólo cambiará cuando cada persona ponga su granito de arena con total convicción. Mientras esperemos que lo hagan otros..., así nos irá.
ResponderEliminarBuena reflexión amigo.
Qué mal lo tienen nuestros pequeños si han de luchar con la verdad por delante, cuando esa mentira ya nos ha cambiado hasta límites sociales impensables, amigo mío.
ResponderEliminarUn gran abrazo, compañero.
Para ellos la mentira no existe, todo son verdades que han inventado y con las que se encuentras a sus anchas.
ResponderEliminarOtro besote
La primera mentira es que exista LA DEMOCRACIA. Quizás como ideal de convivencia y de gobierno puede ser, pero no en la práctica, en las decisiones del día a día. Y no es que no se ejecute toda la parafernalia para "decidir" nuestros representantes públicos, es que estos representantes tienen las manos atadas de antemano, no tienen margen de maniobra y, por lo tanto, deben mentirnos para mantener la ilusión.
ResponderEliminarUn abrazo.