Con
bastante buen sentido alguien dijo que en tiempo de tribulación, no se debe
hacer mudanza.
Pero conforme he podido comprobar en mis
masacradas articulaciones, es bastante peor hacer mudanza cuando las
desolaciones deben estar superadas, cuando el sosiego y la tranquilidad,
deberían ser norma de obligada conducta y sobre todo cuando la edad es más de
sopitas y al rincón que de locas aventuras residenciales, por muy justificadas
que estas sean.
Es
bien cierto que hemos tenido una inestimable y continua ayuda familiar, que
agradecemos, pero incluso así, han sido muchas horas, muchos pasos y muchos
problemas a resolver, (algunos aún en vías de solución), que han hecho que se
rompiera esa casi milimetrada actividad que viene ordenada por la costumbre y
sobre todo por las cortapisas insuperables de la edad.
Ahora
que ya estamos aposentados en nuestra nueva residencia, nos queda aprender de
nuevo a vivirla, a conocerla, a acostumbrarnos a los necesarios tics diarios,
tan distintos a los que estábamos acostumbrados.
Durante
muchos días, mi mente ha estado ocupada, con presupuestos, cables que no
llegan, enchufes insuficientes, cortinas nuevas, muebles queridos que no
aceptaban su nuevo emplazamiento y sobre
todo una dolorosa y cara retahíla de operarios que debían solucionar aquello
que no supimos ver cuando, con la lógica alegría de lo nuevo y el agradable
vértigo del cambio, dimos por supuesto que funcionaría.
Y
cuando, al fin, conseguimos ocupar nuestro nuevo dormitorio por primera vez,
(observese que no he utilizado la palabra dormir), se iniciaron los fastos de
la fiesta magdalenera, con su sonoro acompañamiento de tracas, petardos,
charangas, fuegos artificiales y cánticos y gritos de una juventud ansiosa de
fiesta y con la lógica alegría de la diversión prometida.
Cuando
esto escribo, ya ha pasado la algarabía, todo está en su sitio y nosotros
empezamos a familiarizarnos con el orden que siempre tuvimos, aprendiendo
nuevos rincones y recordando lugares elegidos.
Y
lo primero que hago, en este conato primero de normalidad es escribir estas
líneas, para daros fe de mi existencia.
Es
posible que algún cable suelto, no me permita la asiduidad debida, pero espero,
poder volver a leeros, comentar vuestros escritos y volver a ser el que era,
solo que un poco más viejo, un poco más lejos del mar, pero sintiendo ese
necesario calor de los míos, que suple todas las contingencias.
Una alegría, sí señor, tenerte de nuevo por aquí.
ResponderEliminarA ver esos "cables sueltos" si ya van terminando de ocupar sus "asientos". :-)
Un abrazo.
No alegra verte de nuevo. Nada más pensar en un movimiento como el tuyo y me hecho a temblar, pensar una simple pintura en una habitación, ni me lo imagino.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que halla pasado.. Te imaginas 5 años, los dos últimos más intensos, por eso eliminé la conexión a internet, total si no iba a tener tiempo....Y ademas solita haciéndomelo todo con estas manitas desde cortinas, cargamentos poco a poco, viaje tras viaje entre el norte y el mediterráneo, para ubicarme de nuevo en el centro. Cargando todo tipo de muebles, sin gastar un duro. Cargando colchones, camas, sillones, mesas diversas, mas todo el ajuar, elementos de cocina, limpieza, baños, despacho..., herramientas, cables y brochas siempre a mano....a todo esto guisando sano (lo cual suma tiempo y esfuerzo) y no sigo porque ha sido trágico, me he ganado una hernia lumbar...y no sigo porque hay mas. Todo ello con mucha pena en el corazón y disimulando. Pero esta semana he acabado, bueno, solo me queda por trasportar tres sillas y un colchón, el sofá no me cabe en el mi viejo y amplio Peugeot break de 17 años, que se ha cascado en tres ocasiones, pero ya se donde está todo ubicado y a no olvidarlo. Ahora a vivir en tres ubicaciones en lugar de dos pero con preponderancia en Madrid...por eso de la salud y porque se encuentra en medio de todas partes. Que ya me toca
ResponderEliminarPerdón por la errata: "halla" tendría que haber sido "haya". Teclear en este enano móvil induce a más errores aunque en este caso la celeridad se ha cobrado su comisión. Ahora nos toca disfrutar.
EliminarMe alegro de verte por aquí y que ya estés ubicado en tu nueva casa Suerte y a vivir la vida.
ResponderEliminarUna alegría verte por aquí, Juan :)
ResponderEliminarY mira qué curioso... de una mudanza hablé hace poco ;)
Por supuesto que os ireis acostumbrando al cambio, ya lo verás. Como estrenar un cuaderno nuevo donde seguir escribiendo.
Mi enhorabuena y un gran abrazo.
Y ahora, a descansar un poco.
¡SEA VOS BIENVUELTO!, maese Juan.
ResponderEliminarAbrazote
¡Algarabía para recibiros! ¡El mejor augurio! BRAVOOOOO!!
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