Composición del autor
…y la voz también fue hecha para el
grito.
Cuando las palabras olvidan las
etimologías,
cuando las oraciones, apenas
susurradas,
ya no reconfortan.
Cuando los monólogos,
se saben el camino de vuelta
de la
desesperanza
y el silencio esconde puñaladas,
es hora de afilar el grito,
para que nadie nos robe
el insoslayable deber de la esperanza.
"Yo no puedo callar
ResponderEliminarcuando el corazón me da gritos"
Fedor Dostoyevski
Qué alegría encontrarte Juan ! No sabía que habías vuelto. Anduve alejada, con algunos problemas.
Como siempre, una belleza tu poema.
te dejo mi admiración y un abrazo muy grande.
Es hora del diálogo, de hablar, de no callar, porque hablando se entiende la gente.
ResponderEliminarY qué alegría que hayas vuelto, gracias.
Un beso.
Creo que en esta fusión de imágenes has logrado plasmar fielmente la desesperanza y la impotencia que cualquier persona con sensibilidad y empatía debe sentir ante estas injusticias. El acento final lo ponen tus palabras. Contundente mensaje!
ResponderEliminarUn abrazo
¿Has hecho tú el montaje de la foto!,es fantástico aunque terrorífico y tus palabras lo engrandece.
ResponderEliminarUn beso
Una composición perfecta y muy de acorde con los dias que estamos viviendo. Has tenido muy buena idea. Debes de ser un buén infomático.
ResponderEliminarEl caso es que van pasando los dias ylas semans y esta pobre gente no creo que les queden fuerzas para gritar,ni lágrimas por derramar. Solo les queda el hambre y el barro. Saludos!!!
p.d. deberias de mostrar este trabajo a alguna ONG, o a los voluntarios que se van paraca ayudar en lo que pueden. El dubujo es muy bueno
Impactante imagen! La representación del grito de la angustia y la desesperanza que reina en el mundo. Tus palabras son sublimes, dolientes y fuertes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Negra palabra hoy día "esperanza". Un grito silencioso sale de muchas bocas cerradas, amigo mio, la impotencia y el desamparo social crea un espacio de aire comprimido en el centro del pecho que provoca unas ganas de gritar como loco. Pero hacerlo sería peor, perder el control no es posible, sería darles la razón, se reirían más felices los gobernantes.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Qué triste y desesperante todo este asunto. Y los vividores de la política sacando réditos a costa de estos seres humanos que, siéndolo, son tratados como animales. Y quienes tienen el poder decisorio velando por los votos. ¡Cuánta miseria humana sienta sus posaderas en cómodos sillones a cargo de nuestros impuestos! Y me temo que todos, lo digo porque los que abren su sensibilidad hacia estos refugiados...la cierran luego cuando la miseria la viven los moradores de aquellos regímenes totalitarios que son afines a sus ideas (y de los cuales reciben fondos en paraísos fiscales para medrar en política) Como ves, no hay donde mirar para señalar a un político del que nos podamos fiar y sobre el que podamos predicar buenas, no sólo palabras que son cantos de sirena sino también una hoja de ruta que sea HUMANA.
ResponderEliminarGrito contigo. Pero me temo que debemos ampliar ese grito en tanto y cuanto seres humanos dignos de ese nombre. Gritemos pues por los refugiados sirios, y por los desheredados de la tierra que caminan por nuestras calles; gritemos por esos niños, vecinos nuestros, que sólo consiguen alimento diario de manos, por ejemplo, de las parroquias de barrio y sus servicios organizados a tal efecto. Y gritemos también (qué bien cuadra la pintura del grito y el horror también en este caso) por todos esos niños destrozados, troceados y aspirados en el claustro materno y en unos centros del horror llamados clínicas abortistas (el otro día leía los millones de euros que ha generado el negocio del aborto sólo en España: como te digo, un absoluto horror y un genocidio callado en toda regla). En este caso, y con excepción hecha de aquellos casos de salud grave para el niño o la madre, violaciones, o embarazos en niñas; exceptuando estos casos, decía, también debemos gritar bien fuerte. Porque somos seres humanos.
Un abrazo de nuestra parte