Le faltan a esta Madrid de mi memoria,
unos “callos”
en Casa Picardías,
unos tintos de vino Luis Megias,
dudando entre la Cruz* y la Victoria*.
Cangilón manchego de esa noria,
de una noche de estreno en la Gran Vía,
abrevar en cualquier cafetería
de nombre americano y sin historia.
“El
Duende”, “Whisky Club” y “La Ostrería”,
“El
Calderón”, “El Beni” y Lola
Flores,
Celia
Gámez, que manda como alcalde,
Queta
Claver y Olga Ramos que torcía
con su violín y orquesta de mujeres,
el bigote
del Conde de Mayalde.**
*Calles de Madrid,
donde había grandes y numerosas tabernas.
** Alcalde de Madrid
de aquellos tiempos.
Otras épocas ya pasadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanta Madrid, sus calles, sus gentes... todo. Pero cuánto ha cambiado Madrid, y cuántas gentes bellas faltan ya.
ResponderEliminarBesos.
Había edificios y negocios con solera, están desapareciendo las viejas tradiciones y es que cuando llegan a la jubilación, el negocio no le quiere nadie. Una pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Afortunado haberlo disfrutado y poder narrarlo tan bien!
ResponderEliminarMucho ha cambiado Madrid, sí... Pero todavía queda la Chocolatería de san Ginés para los nostálgicos ;)
ResponderEliminarUn abrazo y una sonrisa :)
Una bella manera de ver Madrid, me ha gustado mucho y hasta he disfrutado los entrañable lugares que nos has descrito.
ResponderEliminarUn beso artista!!
Conozco Madrid, sua paseos, el Museo, El Retiro...los bares de tapeos y sus famosas patatas bravas... pero gran parte de lo que dices, no, bueno, a Olga Ramos la ví un día en la tele con su hija, tuvo que ser extraordinaria en su plenitud...
ResponderEliminarMagnifico el comercio del siglo XIX, por lo menos: La Casa deel abuelo, entrar ahí, una gozada, seguro.
Besos.
Viví en Madrid durante 1 año, no me dejó ninguna marca, después la he visitado como turista unas cuantas veces, solo se una cosa, no me gustaría vivir en ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Apología de Madrid, leo que dicen que ha cambiado, todo cambia nosotros también pero quien tuvo retuvo. Abrazos
ResponderEliminarLa nostalgia del pasado
ResponderEliminarUn beso, Juan
Bello el Madrid de tu memoria como lo es este soneto. Amigo Juan, lo que lees en mi Blog de poemas, esta programado, pero cambiare algunas entradas para que leas algo mas nuevo, y no es indiscreción, te dejo mis saludos amigo.
ResponderEliminarMe ha encantado, si lo leyera mi "profe " te lo aplaudiría mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juan, gracias por tu sentido comentario en mi blog, por este fin de semana programe unos poemas nuevos, luego seguiré con los programados....gracias por leerme siempre amigo. Saludos.
ResponderEliminarMadrid en Blanco y Negro, pero con mucho color :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido JL, suerte tienes de tu buena memoria. Pero piensa que eres afortunado porque con todos sus problemas, los habitantes de Madrid siguen teniendo un sentido romántico de la ciudad y son muchos los antiguos locales rescatados por naturales que continúan dando un servicio aceptable.
ResponderEliminarNo entraré en lo que sucede hoy en mi querida Barcelona. Saludos.
Mira que poema te ha salido paseando por las calles de Madrid. Intuyo alguna nostalgia :)
ResponderEliminarBss.
Cangilón, palabra que me trae mucho recuerdos. Mi madre la utiliza mucho.
ResponderEliminarBello poema lleno de nostalgias.
Abrazossss