Estoy leyendo y noto
las gotas
que llueven en los
cristales.
Las letras del libro,
salpican en mi mente
llenando de goteras
las entrañas.
La trompeta de Luis
Armstrong
anuncia la voz que
llega,
ronca y trastornada,
para romper en jirones
los silencios.
Melodiosamente,
el verso se desgarra
en isócrona sintonía,
con el ritmo transido
de la orquesta.
Un gallo se despista,
cantando en la noche
una hora desfasada.
Mientras la ciudad
duerme,
arrullada por la
lluvia,
yo velo en la noche,
recordando,
el
mundo maravilloso
de aquel niño de
entonces
que navegaba entre los
charcos.
Con el pañuelo blanco de
“Satchmo”,
dudo entre limpiar el
sudor de los cristales,
o secar las lágrimas
que duelen en la memoria.
Umm, eso es placer de dioses. Esa lluvia contra los cristales, el silencio sin embargo de la ciudad mojada y un mito en las notas que nos sumergen, en la tarde, en un estado de plácida atención, son sublimes momentos
ResponderEliminarUn abrazo y por esas tardes, como la tuya de hoy.
Mejor secar las lágrimas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Bien por Satchmo.
Un abrazo.
Me lo vas a tener que prestar para secarlas mías, si no te importa.
ResponderEliminarNo te puedes imaginar cómo me ha gustado el poema y la ambientación que le has puesto con esa música que también me ha hecho ver aquella niña que fui y que lucho por no perder.
Muy agradecida, Juan.
"Secar las lágrimas que duelen en la memoria.."Esta figura literaria me provoca ternura,porque siento igual
ResponderEliminarY además,nunca digo a nadie :"No llores"
EL llanto es una forma de sanar ,aunque sea por un instante,es una forma de sacar las emociones que llevamos tan encarceladas.
Esa pintura es especial.Hasta aquí llegan sus luces
Estoy de descanso,pero no podía dejar de comentar esta entrada
Besucos
Gó
La lluvia tiene eso de sacar recuerdos escondidos en la memoria y al leerte has aflorado los míos con tan bellas letras amigo Juan. Saludos.
ResponderEliminarVeo árboles de verde... rosas rojas también
ResponderEliminarVeo la floración em... para mí y para usted
Y creo que a mí mismo... un mundo maravilloso.
Veo cielos de azul... nubes de blanco
Bendecida días de brillante... noches oscuras sagrados
Y creo que a mí mismo... un mundo maravilloso...
Una canción preciosa para un poema más precioso todavía. Emociona ¿sabes?
Un abrazo.
La belleza de la lluvia, Louis Amstrong y tu poesia remueve recuerdos y alma. Es preferible secar las lagrimas si estas son de emoción....Por cierto el sabado pasado estube paseando por tu querida Valdepeñas, estaba toda engalanada creo que celebraban la fiesta de la Virgen del Consuelo. Besos.
ResponderEliminarUn conjunto de elementos que permiten desarrollar estas palabras poéticas que, de colofón, dejan las de secar las lágrimas de la memoria.
ResponderEliminarMuy bueno Juan. Abrazos.
Wonderful poesía, amigo Juan.
ResponderEliminar¡Qué bien escribes!!! Ainssss!!
Besos
Me encanta L.Armstrong.
ResponderEliminarHay lágrimas que los pañuelos no pueden secar :(
Bss,