Amalia Freud, encontró
a su hijo Sigmund en la biblioteca de su padre, leyendo a hurtadillas “Los piratas de Malasia”, de Emilio
Salgari.
Enojada, lo recriminó
vehementemente, mientras buscaba en la repleta biblioteca, algo más apropiado
para sus lecturas.
En la estantería de
los clásicos, encontró lo que quería.
.-
Toma y no gastes el tiempo en esas poco provechosas lecturas.
Mientras
lo recogía a regañadientes, el joven Sigmund, leyó en la portada: “Edipo Rey”, Sófocles.
No
sabía su madre, lo que le agradecerían este gesto los fabricantes de divanes y
el colegio de médicos de Argentina.
En
contrapartida, a partir de aquel momento, las demostraciones de afecto de su
hijo, dejaron de ser tan amorosas y naturales… por si acaso.
Bueno, toda mienda tiene su cara y su vruz.
ResponderEliminarsaludos!
Que no falte el humor ni el amor...Por si acaso.
ResponderEliminarMe ha gustado y me ha hecho reír tu relato.
Un abrazo,Juan.
jajaja, muy buena anécdota Juan, un abrazo!
ResponderEliminarMuy bueno tocayo, me has sacado una buena sonrisa que buena falta nos hace.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo Juan.
Ya sabemos quien le dio la idea a su famoso Complejo de Edipo que, más o menos, consistía en: desear mantener una relación sexual con el progenitor del sexo opuesto -incesto- y de eliminar al padre del mismo sexo -parricidio-, ¡¡que cosas!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y así, muchos años después, seguimos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bueno, es como una introducción a la biografía del genio. Las lecturas infantiles hay que cuidarlas, en mi casa no había vetos pero los libros menos recomendables estaban mas altos, ninguno de los que lei hizo de mi un genio. Un abrazo contento
ResponderEliminar"Tá gÜeno", y seguimos...
ResponderEliminarEn mi casa todos leíamos, los no recomendados para niñpos, estaban altísimo y no teníamos acceso a las escasleras que estaba en el cuarto de los trastos, pero cualquier duda era atendida por mis padres...
Buena entrada.
un beso.
Esa mujer, creo que nunca supo lo que hizo. Era una "inconsciente" que le hizo ver a su hijo, eso, el inconsciente y tambien las ventajas de matar a su padre, y además no sentirse demasiado avergonzado por "en el fondo" querer follarse a mamá.
ResponderEliminarVaya cuadro!!
Boa tarde Juan. Acho que todos nós sempre tivemos os prós e contras em nossa vida. Mais devemos seguir sempre em frente.
ResponderEliminarEn mi caso , yo digo como Ester en mi casa no teníamos esos problemas
ResponderEliminarlo que si , es verdad es que mi madre tenía un libro llamado "La madre y el niño" de la primera edición del año
1957 , y se lo compro cuando era soltera , y siempre cuidaba ese libro , y no quería que se lo estropeásemos , muchos años después casi 25 años más tarde , trabajando yo en una librería , le volví a comprar el mismo libro pero la decima edición , ya que entraron a robar a mi casa , se llevaron el libro y el álbum de fotos de mi hermano y mías de cuando éramos pequeños , y resulto que el ladrón o ladrones eran de mi familia ,según el policía que llevo el caso , me a gustado mucho tu entrada , besos de flor.
Muy bueno el relato y con humor que es lo más importante, tal como está el patio.
ResponderEliminar¿Te imaginas si todas las madres hubieran pensado lo mismo de las lecturas de Salgari? Ahí lo dejo.
Un abrazo
Sigmund estuvo muy influenciado por su madre y se dedicó a estudiar la psicología humana...Si Edipo Rey estuvo marcado por el destino y el amor a su madre. Freud también amó a su madre y tuvo celos de su propio padre...Fue un gran científico, quizá un poco atormentado por sus problemas psicológicos...A veces los padres y las lecturas nos marcan toda una vida...
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y gracias por recordarlo, Juan.
Buen relato amigo Juan, un gusto leerlo y sonreír. Saludos.
ResponderEliminarMira que la vida tiene casualidades :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
El humor que no falte y menos en estos tiempos. Buen relato . Un abrazo
ResponderEliminarOriginal y con buen humor.
ResponderEliminarSaludos
Acertado engarce de conceptos! Creativo!
ResponderEliminarAbrazos Juan.
¡Buenísimo!
ResponderEliminarNo sabemos hasta que punto influyen las madres, ja, ja...
Un placer este micro :)