Vengo
de una infancia
que
no encontraba respuestas en el viento.
Una
infancia salpicada
de
interesadas verdades absolutas,
de
tétricos sermones y homilías.
Vengo
de un tiempo
en
el que saber no puntuaba,
casi todo era pecado
y
todas las mañanas se vestían
con
negros mantos de ceniza.
Y
ahora,
cuando
se han agotado los calendarios
con
su triste ceremonia de nostalgias,
su
desfile de ilusiones mutiladas,
y
no pueden enderezarse los entuertos,
ahora,
sigo
siendo el mismo naufrago
en
un oscuro mar de incertidumbres.
No eres el único, te entiendo perfectamente, la mía fue parecida pero seguramente mucho más afortunada por razones varias.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia la sincronicidad con tu entrada y te pido permiso para enlazarla porque llevo horas dándole vueltas a mi próxima y va de algo parecido pero en clave diferente, creo que más afortunada. Bs.
Puedes utilizar mi entrada de la manera que creas más oportuna.
EliminarUn abrazo.
Bella poesia.
ResponderEliminarLa mía ya no fue tan así, aunque recuerdo, todavía, cómo teníamos que besar el anillo del cura si lo veíamos por la calle, aunque ya era algo bastante menor. Mi infancia arrancó con la UHF y la carta de ajuste, cuando tenía 2 años y poco, el hombre pisó la luna...y mi madre limpiaba la casa con un single puesto en en tocata (de esos de maleta) y me decía..."Jordi, todas las canciones son de amor", y sonreía. Todavía no había cumplido (ella) los 30.
ResponderEliminarSiempre somos los mismos, y nos miramos en el espejo y vemos al niño que fuimos en lo más profundo de la mirada, bueno.
Es precioso lo que has escrito, Juan. Toca fibras que te conectan con seres muy queridos de la infancia que ya no están con nosotros.
Un fuerte abrazo
Ni por tiempo ni por lugar puedo sentirlo como tú: tuve mucho más suerte. Pero gracias a tus letras, te entiendo. Amargo pensar que a estas alturas el panorama sea tan parecido... visto desde esta ventana. Foto que habla también.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
¡¡¡Qué bella imagen!!!!!! y ahora que veo que es tuya te voy a pedir un favor... ¿me das permiso para compartir una de tus imágenes en la sección fotográfica de los viernes con el enlace de tu blog?
ResponderEliminarEn cuanto al texto... cada uno vivió su infancia desde su época y desde el calor de su hogar, aunque antes los tiempos eran más difíciles, creo que había más ignorancia y menos malicia, creo yo.
En mi época recuerdo que cuando iba a la casa de mi abuelo dejábamos la puerta de la calle abierta y no teníamos miedo a que entrara nadie.
Mi infancia se desarrolló en una familia feliz mi padre en su trabajo para que nada nos faltara y mi madre pendiente de sus hijos, ya que se dedicaba por entera a las tareas del hogar, y siempre pendiente de todos, recuerdo cuando escuchaba la radio, y cuando tuve la primera tv, antes teníamos menos cosas materiales pero eramos más imaginativos en juegos, y creo que más felices que los niños que ahora solo viven pendientes de sus maquinitas.
Me ha encantado tu entrada.
Un beso.
Puedes utilizar la imagen. Gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Gracias, ¿Tienes alguna más de tu autoría?
EliminarNo, no.
ResponderEliminarSiempre queda un rescoldo del lado más puro del ser humano. Ese que no ha sido contaminado por las creencias, las enseñanzas y la basura cotidiana. Búscalo porque está en ti. Del lado contaminado solo puedo decirte que trates de desaprender de él todo lo innecesario.
Besos.
Creo que todos tenemos un poco de esas cosas que nombras en tu poema, que es hermoso!!!
ResponderEliminarTe dejé un premio en mi blog espero te guste.
Un beso.
El punto interesante es que uno con el tiempo adquiera la capacidad de salir de lo tortuoso amigo Juan......
ResponderEliminarLa incertidumbre parece que es el añillo de toda época.
ResponderEliminarY de niños con pecado impuesto todos tenemos un poco.
Pero lo bueno de tu lindo poema, que ahora puedes escribirlo y sacarlo todo afuera, para que no muera adentro, para que no sea una piedra, para que no sea mas que un recuerdo.
Un abrazo :)
Lo triste es que después de transcurrir 65/70 años -más o menos- desde que naciste, tú y todos los demás conservemos esta indecisión e inseguridad ante todo lo que nos acota. A día de hoy, la iglesia intenta recuperar parte del estatus que mantenía y disfrutaba décadas atrás, los derechos sociales y personales están retrocediendo: no concediendo asilo político a extranjeros que lo necesitan, ajustan y adaptan las pensiones en tiempos de crisis pero sus sueldos no se tocan... no se sacrifican.
ResponderEliminarTambién me gustó mucho tu fotografía y tu gran reflexión.
un abrazo Juan
En tres palabras:
ResponderEliminarME HA ENCANTADO
Todo tiempo tiene su contrapartida, no hay que apurarse...
Conozco a muchas personas que podían haber escrito este poema porque se ciñe mucho a lo que sentían al contarlo. Y estamos retrocediendo en el tiempo, asi de triste. Me gustó el poema.
ResponderEliminarUn beso
Me has emocionado hasta erizarme.
ResponderEliminarY te abrazo con fuerza, complicidad ny un gran pedazo de cariño.
Bendita esa infancia que te hizo tal como eres, o mejor dicho te dio el cimiento. Un abrazo, poeta.
ResponderEliminar