Como
seguramente recordará, hace dos semanas me despedí de mis abnegados lectores,
para poder atender perentorias tareas de mantenimiento del ámbito familiar.
Unos
días de mal entendido asueto, del que no debo dar explicaciones, pues esta es
la ventaja de los que somos dueños en propiedad del mucho o poco tiempo que nos
queda por gastar.
Cuando
ya todo está inmaculadamente limpio y con ese orden que te hace placentera la
vida, vuelvo a ponerme delante del teclado, para rellenar unas cuartillas que
sean el aviso alegre y volandero de que, de nuevo estoy entre vosotros.
Estos
días he estado apartado de todo lo que era costumbre y agradable obligación.
Cuando
llegaba la noche, con su acompañamiento de cansancio y agujetas, solo me quedaban
fuerzas para buscar el acogedor abrazo del sillón de siempre, ese querido amigo que te espera con los brazos abiertos.
Y,
aunque os echaba de menos, no tenía fuerzas para leer vuestras siempre
esperadas disertaciones y mucho menos, para comentar, con un poco de enjundia
vuestros interesantes trabajos.
Con
el telón de fondo de una televisión, a la que no hacía caso, he navegado en las
tardes noches de estos pesados días.
He oído cosas de la situación política y
judicial, que en otra coyuntura más placentera me hubiesen impulsado a escribir
con rabia contenida.
Pero
a la vista del proceder de los hombres que nos gobiernan, en cada una de las
instituciones del Estado, no merece la pena gastar ni un solo segundo en
comentarios, aunque el cuerpo y la mente estén dispuestos al reto.
En
mi vida real no acostumbro a emitir juicios de valor sobre aquellos que me tratan
como si fuera un imbécil. Así me siento yo, ante estos políticos de pacotilla que mienten como bellacos, sin que se les caiga la
cara de vergüenza.
Decía
Maurice Talleyrand que la palabra le fue dada a los políticos para ocultar sus pensamientos.
Se
quedó corto, algunos la utilizan sin rubor para tratar de ocultar sus
vergüenzas, sus robos, sus estafas, su falta de palabra, su desprecio a los
ciudadanos, su total olvido del sistema democrático que dicen defender,
Después
del tiempo pasado, cada vez me fio menos de ellos y de sus amigos, siempre
dispuestos a la ayuda, desde otras loable instituciones, también roídas por las
ansiosas termitas del poder y el dinero. Reses todas de la misma camada,
compañeros de colegio de pago y club de tenis, accionistas de empresas de
seguros dividendos, clientes de las mismas sastrerías.
Cuando
en la próxima campaña electoral, me guiñen un ojo sonriendo, ya sabré que es
para poder disparar con odio a la diana del poder y la justicia.
Perdonar
amigos. Veo que se me calienta el teclado y no era este mi propósito.
Me
alegra el estar de nuevo con vosotros. Confío en que seguiré contando con
vuestra amistad, vuestra docencia y vuestro comentario.
He
dicho docencia. La decencia la doy por asegurada. Vuestra firma aparece en el
blog, no en el Boletín Oficial del Estado.
Dejad
que me alegre: !!! estoy de nuevo en casa!!!
Señor Director: Gracias por publicar la insustancial carta de este cansado, pero recuperable becario.
Pues me alegro cantidad de que todo hata vuelto a la normalidad.
ResponderEliminarMe alegra muchísimo que hayas vuelto al mundo bloguer para que tus lectores podamos disfrutar de tus entradas, que son un lujo para nuestras miradas, un placer leerte, de nuevo, de verdad.
ResponderEliminarHas hecho bien en desahogarte y decir lo que piensas, que, aunque no merecen los políticos ni una sola letra de nuestras bocas, sí merecemos desahogarnos de tanta mentira como estamos viendo, porque se visten de mentiras para conseguir votos engañándonos con sus programas electorales, haciendo, después todo lo contrario,y una vez conseguidos "si te he visto no me acuerdo",
No somos borregos, deberíamos protestar, no en casa desde nuestros sillones, sino salir todos unidos a la calle.
Un beso.
enhorabuena Juan por tu regreso!!!
ResponderEliminar¡¡¡ Bienvenido a casa, Juan !!!
ResponderEliminarUn abrazo
Pues ya lo han dicho todo, eso de enhorabuena y bienvenido, y no se que decirte sino que comparto experiencias, ¿colega?. Bueno de todos modos hoy, el día que te has "liberado", que has vuelto al "redil", la luna lucía en todo su esplendor, en su perigeo. .... por si sirviera de algo..... al menos a algún miembro femenino de tu familia.
ResponderEliminarSi te quieres echar unas risas te sugiero que visites mi tercer blog, el de "La Abuela Faltriquera". Bss.
Leída tu carta, celebro que los asuntos que te alejaban hayan quedado bien resueltos.
ResponderEliminar¿Lo otro? Una realidad que parece un extraño sueño, del que espero cualquier dia despertemos.
Un abrazo.
Me alegro de tu regreso a las páginas nuevamente Juan, los paréntesis son necesarios muchas veces por diferentes motivos y los motivos siempre están primero.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo, bella noche.
Pues bienvenido seas de nuevo... sobre lo que nos acontece poco hay más que decir, que al menos se salga pronto y podamos ver un poco de esperanza al menos.
ResponderEliminarBesos
Me remito al comentario de tu post más reciente.
ResponderEliminarSobre lo de volver, bienvenido y bienhallado seas de nuevo.
En los recodos
Más bellos de la red
Florecen letras...
Un abrazo
Tus palabras nunca son insustanciales. Y me alegro que hayas vuelto a escribir.
ResponderEliminarUn abrazo :))
Es bueno verte en casa y leerte y saber que las termitas no anidan en todos lados.
ResponderEliminarun fuerte abrazo