Foto de Sergio Juan.
Tras de la ventana, la
mañana llora con lagrimas de tristeza.
Han desaparecido los pájaros. Los árboles,
descarnados de hojas, no pueden ofrecerle el refugio necesario y se hacen
“okupas” de aleros y balcones.
La gente camina deprisa
por las aceras, tapando su existencia con extrañas sombrillas que se han puesto
de luto.
En las azoteas los tendederos muestran sus
nervios oxidados, ansiosos de blancura de sábanas impolutas.
Hay luz detrás de los cristales y calor
presentido de viejas mesas camillas, faldas y braseros.
Se intuye el rescoldo caliente de un libro y
la reconfortante hospitalidad de un cómodo sillón de orejas.
Parece como si la vida se hubiese dado un
respiro. Todo parece más sosegado, menos ruidoso, más antiguo.
Hasta los “neones” de los anuncios brillan
menos, tamizados por una húmeda niebla persistente.
El cielo, que ayer robaba el azul al vecino
mar con que se desposa, ha abdicado de la alegría y se ha teñido de gris, como
queriendo convertirse en noche, en boca de lobo, en luto riguroso.
Vienen bien estos días para recordarnos que no
todo es bullicio, brochazos de colores, sonidos estruendosos.
Estos días sirven bien para mirar el otro
paisaje, el que llevamos dentro, ese que tanto nos cuesta mirar, ocupados como
estamos por otros imperiosos menesteres.
De manera que hoy, cuando el tiempo sea mío,
lo dedicaré a leer versos olvidados y a escuchar la música precisa para este
día de lluvia. Música como la que os
dejo, por si queréis acompañarme.
Hola, los dos hemos escrito sobre la lluvia, bendita lluvia, de forma diferente, pero bueno, lluvia al fin y al cabo. Me han gustado mucho tus consideraciones, la música la escucharé cuando tenga una tranquila ocasión, habida cuenta que me encuentro en la biblioteca de mi pueblo, no se puede hacer ruido y no dispongo del elemento oportuno para no molestar. Besos.
ResponderEliminarTe dejo un vídeo a modo de comment, no es un vídeo cualquiera pues es nuestra serie favorita. Yo creo que es precioso:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=2DGl6cR0xwY
Un abrazo
También prefiero la luz, el rayo de sol, pero hay momentos en el calendario y en el alma, en los que también la oscuridad, (la tristeza), tienen su aposento y es necesario el sosiego y la valentía de mirar hacia adentro, para tratar de poner luminosidad donde hay sombras.
EliminarMuy bueno el vídeo yo también fui seguidor de esa serie.
Un abrazo.
Dices bien, Juan. El paisaje humano es bien diverso y hay circunstancias, épocas o simplemente momentos sin motivo alguno en los que llueve. Y aún así, somos capaces de identificar esos momentos, lo cual indica una suerte de observador que se sitúa más allá de los nubarrones del cielo de la mente. Está en ellos y por ellos es afectado, y al mismo tiempo es capaz de estar sobre ellos y arrojar luz a esa noche oscura del alma.
EliminarUn abrazo
No me gusta la lluvia pero sí tus palabras, así es que te acompaño.
ResponderEliminarSon días de recogimiento, de pasear tranquilo, de ir al campo y pisar las hojas que caen como lluvia, o atravesar la pequeña niebla fruto de la humedad de los árboles y del frío reinante. Son días y momentos para pensar.
ResponderEliminarSaludos
Hola Juan. Esta es la dirección donde debes mandar tu haiku
ResponderEliminarmarina.mabis@hotmail.com
Gracias por tu aportación.
Bss.
La foto presagia un dia de chimenea y lectura.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Son días para sentarse frente a la chimenea con un buen libro para leer.
ResponderEliminarY también para pasear bajo la lluvia con el paraguas. Me encanta.
Un cálido saludo
Ahí me tienes, con la chimenea encendida y el chocolate en la mano... gracias por la música, el suelo está húmedo y las hojas caídas se na pegado, no se atreven a volar con el viento frío...
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por este relato.
Te acompaño seguro, porque me encanta la lluvia y contemplarla tras los cristales. O, incluso, mojarme un rato y disfrutar mientras resbala por mi cara.
ResponderEliminarUn gran beso
Todo es necesario para cultivar nuestro jardín: frío y calor, sol y lluvia.
ResponderEliminarLa lluvia es buena como ingrediente de la infusión íntima, por diluir los grises y ayudar a que nos broten luego los momentos dulces.
Un abrazo, Juan
Realmente nos falta tiempo para nosotros. Si supiéramos que lo que buscamos fuera está dentro...
ResponderEliminarUn abrazo.
No, no todo es bullicio, pero aquí los ruiditos son para el alma. Me a encantado saber que existes Juan, que la ternura, la dulzura y la esperanza aun pueden acariciarnos.
ResponderEliminarHasta siempre. Un abrazo enorme.
Y de música...me gustan mucho los Creedence Clearwater Revival.
http://www.youtube.com/watch?v=TS9_ipu9GKw
Me encantaron tus palabras y tu manera de decir cuando el dia invita a "el adentro". Saludos Juan.......
ResponderEliminarMe gustan los días de lluvia, los cielos grises. Tanto para mirarlos desde la ventana con la vista perdida en ese interior como para pasear bajo un paraguas. Un texto evocador, con el color y el olor de un día de lluvia.
ResponderEliminarMe gusta la alternancia de las estaciones realmente, aunque tengo preferencia por el otoño y sobrellevo mal el verano.
Besos
Días así pueden resultar melancólicos para mucha gente, pero para mi no lo son. Me encantan.
ResponderEliminarBellas palabras para acompañarlos.
Un abrazo.
En el texto intuyo un irse a los adentros, sillón orejero, libro en mano, llueve o nieva, todo se aquieta, es necesario este sentimiento que comparto y que me comunicas a través de tus intensas palabras.
ResponderEliminarLegítima, oportuna melancolía.
Un besito.
Precioso ese recorrido hacia dentro en un día de lluvia, a mi tambien me gusta observar la vida desde el cristal cuando llueve. Estos días animan a la lectura de poemas siempre. Un abrazo Juan
ResponderEliminarEgoistamente debo aclararte que en parte me gusta estos días plomizos y sombríos porque entre otras cosas, nos dedicamos a asuntos más íntimos y emotivos (??); intento explicarme: gracias a los días cortos, fríos e inapacibles, tú amigo Juan, te dedicas con mayor entrega y tiempo a escribir y deleitarnos con tus versos y sensaciones, todo un lujo. En verano, con las vacaciones, el tiempo libre, la invitación del calor a tomar el fresco (jaja) nos hace salir y a disfrutar poco de esta intimidad que es escribir y pensar sobre las letras... bueno, más o menos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo