A MAR Y SURCO
Cuando el mar es tu vecino,
hay que estar atento a los naufragios,
hay que saber conjugar los vaticinios de los vientos
y descifrar el monocorde lenguaje de las gaviotas.
Yo, que vengo de la parda y reseca historia
de una tierra parca de azules,
vibrante de cigarras insoladas,
una tierra que deshace sus terrones
a golpe de sudor y soledades,
tuve que acostumbrarme
a leer en el mar de cada día
una nueva lección de vida y de latidos.
Volver a encontrar palabras
para renombrar
el ambulante relato de las olas
Y acostumbrar mis ojos
a ese despertar de sueños
ahíto de nuevas claridades.
Este mar me enseñó,
(en su encerado de azules)
que lo de los
panes y los peces,
solo se consigue si uno se olvida
de que son posibles los milagros.
Me enseñó,
que no existen cerraduras,
para esa quietud lejana
que cada atardecer sedimenta,
en quien sabe delinear los
horizontes .
Entre el molino y el faro,
me quedo con la luz que nos
arropa y nos dirige.
Y con las piruetas del aire,
que hacen posible esa alegre
rebeldía blanca
de aspas que molturan
ilusiones.
Añoro sirenas en los
“majuelos”
y pámpanos y racimos
en las crestas de las olas,
Dejadme que en esta noche de
verano,
cuando los torsos y los
sentimientos se desnudan,
le de las gracias a los
exilios,
que hacen posible que las
risas,
como enredaderas verdes,
den fe de vida
aferrándosea los muros de los viejos
caserones.
Me caló tanto que no hay manifiesto alguno en forma de palabras, PURO SENTIMIENTO EN MI ALMA y sabiduría que me conmueve.
ResponderEliminarBesos muy fuertes y mi gran felicitación por TODO¡¡¡
tRamos
Bellísimas palabras.
ResponderEliminarDeslumbrante Juan. Hubiera queri do yo tener mar para beber esas enseñanzas que te regala. Para mí , es un gozo leerte. Tu estilo es tan personal y tan rico de recursos literarios que me deja sin palabras. Y otra característica tuya que me fascina es que tu escritura es visceral , auténtica , fastuosa.
ResponderEliminarAnda tu alma por acá ...
Mi admiración y un abrazo gigante.
Mis palabras de admiración y un abrazo gigante.
Siempre hay una brisa del mar que viene a limpiar un poco la atmósfera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hoy tus versos navegan por el mar, y la brisa nos acaricia adentrándonos en él. Bello poema.
ResponderEliminarUn beso.
Creía que habías escrito una nueva entrada, bueno, no importa, te dejo mis saludos.
EliminarUn beso.
Juan me has dejado boquiabierta.
ResponderEliminarVoy a releerlo, me ha encantado esa cojunción que hace tu poesía.
Muy bello Juan. Extraordinario contar de esa dualidad de sentimientos entre el mar y el terruño asolado. las raices que nos tiran y el nuevo paisaje que nos ha acogido en sus brazos. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesos
Desde la mar más enarbolada, hasta la tierra más seca tienen su belleza, que has descrito de forma magnífica. ¡¡Que suerte tenéis los poetas!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
El mar ¡qué grande y qué inspirador! Hoy te conmueve y te enseña.
ResponderEliminarBesos.
No podría vivir en un tierra parca de azules...Qué manera más bella de decirlo. Me emociona...
ResponderEliminarbesos Juan, me encanta la nueva cara del blog!
Una magnífica síntesis, Juan. Además, y como he estado en la Mancha a la par que me parió el mar, puedo entender lo que desgranan tus versos. Un placer leerte, máxime cuando las bitácoras que visito (es decir, que leo), se han reducido a su mínima expresión. Y no te exagero si te digo que la sensación es sumamente grata y placentera.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué bien te entiendo, Juan! Y yo también les doy las gracias a los exilios que me llenan.
ResponderEliminarLas colinas suaves de mi infancia, la sierra compleja de mi "ahora" y por supuesto, el mar, mi vecino ocasional.
Como siempre, un placer leerte. :))
Abrazo grande
Es que ese eres tú, amigo mio. Esa mezcla de seremidad y rebeldía marineras, fortaleza y vida lograda con el duro trabajo del dorado secano.
ResponderEliminarPara mí es una descripción perfecta de tu persona. El que sabe escribir, sabe de verdad.
Un abrazo de cuatro.
Me hipnotiza la imagen que has creado con tus versos. No puedo dejar de imaginar esa conjunción increíble de agua y tierra.
ResponderEliminarLa pintura es de un bucólico extremo.
Un abrazo.
Unir la tierra y el mar, conjugar olas con matorrales, árboles bañados por las mareas, campiñas donde navegar.
ResponderEliminarUn beso
Lección de vida y de naufragios el mar, lo has aprendido bien, para mi sigue siendo insondable.
ResponderEliminarSaludos Juan.