Dicen
que debería,
a
ciegas creer en Dios
sin
exigirle siquiera
que
diera una explicación.
En
el juego de la vida
Dios
da y reparte cartas
y
organiza la partida.
Hay
quien no hace jugada,
siempre
reparte a los mismos
los
oros y las espadas.
Yo
me cruzo cada día
con
dioses de andar por casa
sin
altar ni sacristía.
Vendimiadores
altivos
que
sin milagrosas bodas
con
su sudor hacen vinos.
Y
ese niño que se muere
abandonado
en la playa
sin
que nadie lo remedie.
Si
ese Dios es de verdad
y
su corazón se ablanda,
ahora
sí se justifica
lo
de “levántate y anda”
Y
quien la tristeza olvida,
para
que no sepan sus hijos
del
fracaso de su vida
y
esconde sus moratones.
Para
mí, esa es un Dios,
aunque
sea con tacones.
Mi
Dios, cada mañana
se
despierta junto a mí
con
una sonrisa en su cara.
Me quedo con tu Dios.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡cómo creer incondcionalmente?
ResponderEliminarLo que mencionás sí es para creer.
Saludos.
Muy romántico, yo creo que la sonrisa mañanera tiene que tener algo de ese Dios que se cuestiona. Abrazo
ResponderEliminarLos dioses y los demonios siempre son los que están a nuestro lado, unos para alegrarnos y los otros para jodernos.
ResponderEliminarCada uno cree en su Dios.
ResponderEliminarQué preciosos versos, amigo Juan L., así como la imagen.
Besos enormes.
Cada uno tiene y cree en su dios, yo lo pongo con minúscula no lo vayan a confundir con el otro, con el que no creo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciosas coplas para poner a cada dios en su lugar reivindicando la honra y la dignidad, el esfuerzo y la conciencia limpia. Muy bueno, Juan.
ResponderEliminarUn abrazo
M'agradat Juán L.Trujilo. Perpuè es tema complicat. Y tu ho has resolt de manera delicada.
ResponderEliminarUn abrazo
El doloroso problema del mal humano y el anhelo del alma sufriente por que sea resuelto.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.