LA LIBRETA
PERDÍDA
Aquel hombre escribía versos. En su
cartera cruzada sobre el pecho, siempre llevaba una libreta dispuesta para
cuando la inspiración llamaba a su puerta.
Un día la olvidó en el banco de un parque algo alejado de su casa.
Pasada una semana la echó de menos, (ya se sabe que las musas tardan bastante en devolver las llamadas), y se dirigió al parque con la esperanza de encontrarla.
Antes de llegar al banco donde creía haberla dejado, vio que una papelera cercana estaban rotas las páginas que tanto trabajo les había costado pergeñar.
Tendido en la yerba, un niño hacía palotes de colores, mientras trataba de dibujar un árbol y las palomas de sus alrededores, en lo que había sido su libreta.
Se sentó a su lado y pudo comprobar que aquel niño, parecía mucho más feliz que él lo era cuando terminaba uno de sus poemas.
Por fin en las ajadas y viejas páginas, alguien le enseñaba, que en la vida hay muchas maneras de hacer poesía.
En la infancia está la inocencia de no vernos expuestos a la mirada ajena, hermoso relato Juan, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarTerrible diferencia entre el momento de ver la libreta rota y cagarte en tó, al momento en que ve al niño feliz con jugando con sus hojas.
ResponderEliminarPa pensarlo.
Un abrazo.
Los infantes hacen poesía con una sonrisa, a los adultos les cuesta, algunos, ni nos sale, tu eres de los que tienes el don de poderlo hacer, ¿no serás un niño grande?.
ResponderEliminarUn abrazo.
La poesía se siente, da igual si son palabras o dibujos.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué belleza de relato, Juan! además lleno de sabia filosofía.
ResponderEliminarPara quienes, como yo, nos gusta la poesía y no nos nace de dentro, aunque quisiéramos, leerte hoy ha sido una puerta abierta a la esperanza porque nos has enseñado que "en la vida hay muchas maneras de hacer poesía".
Mil gracias Juan.
¡¡Que bonito, Juan y cuanta verdad!!
ResponderEliminarLos niños casi siempre nos llenan de luz con sus acciones y a veces; con sus palabras.
Un abrazo.
Es hermoso tu poema y tan cierto..... hay tanto de que aprender de los niños.
ResponderEliminarUn abrazo Juan!!
Con ternura nos abres los ojos, hay otras maneras de hacer poesía y de dejar que otros la hagan. Precioso. Abrazos
ResponderEliminarPrecioso amigo Juan. Existen muchas formas de hacer poesía, un niño de por sí solo ya es poesía, más aún, si con cierta ternura dibujando se quiere expresar.
ResponderEliminarNo recuerdo exactamente la frase que dijo Salvador Dalí, pero más o menos creo recordar “ahora que he aprendido a dibujar como un niño es cuando soy un genio” o algo muy similar.
Un abrazo y buen resto de semana.
Eres sencillamente grande, Juan. Hay, en la vida, maneras de hacer poesía y hay, por ventura, hombres que hacen arte y belleza con sencillas palabras para exponerlas en lugares como esta maravilla tuya. Un abrazo, amigo poeta.
ResponderEliminarLa poesía está ahí. Cada uno la ve con sus ojos y la interpreta a su manera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes un gran don, eres poesía todo tú.
ResponderEliminarUn texto para reflexionar, sin duda.
Abrazos
Qué historia más bonita y más tierna, Juan. Gracias.
ResponderEliminarMil besitos y muy feliz noche.
Tierno y reflexivo texto. Hay muchas maneras de hacer poesía..... Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarUna maravilla de moraleja. No hay mejor objeto que el que nos hace feliz, al estilo que sea. Y nada es para siempre, buenas enseñanzas.
ResponderEliminarUn abrazo
Un hermoso relato donde se mezclan valores hermosos y que nos definen como humanos: la inocencia del niño, la inspiración del poeta, la ternura del veterano en la vida que sabe entender y comprender y el desprendimiento generoso que nace de la bondad.
ResponderEliminarMaravillosa entrada me has dejado sin palabras
ResponderEliminar...Y es que la inocencia, la espontaneidad y la sencillez de los niños nos hablan siempre, poéticamente, del misterio de la vida, que tanto nos afanamos en descubrir con los versos. Su libreta de la experiencia fue renovada por las manos de un niño. Muy bueno, Juan.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu profundidad y maestría.
Que historia tan bonita y tan tierna, Juan, me ha encantado. Y cuantas verdad encierra, la poesía puede estar en cualquier detalle de la vida y en cualquier expresión que hacemos.
ResponderEliminarUn beso grande, poeta!
Boa noite Juan. Obrigado por nos trazer essa linda história.
ResponderEliminar¡Que profundidad de pensamiento, Juan!. Pura poesía. Acabo de venir de casa de mi hija y mi nieta, con un lápiz azul, garabateaba desde sus 17 meses en una libreta. La ilusión se reflejaba en sus ojos. Como tú dices, pura poesía.
ResponderEliminarMi padre decía que los versos están colgados de los árboles. Solo hay que recogerlos, aunque no todos los ven.
ResponderEliminarLos niños son versos sueltos, pero ellos no lo saben. Un abrazo.
Pura belleza en tu relato amigo y es que, que mejor poema que el que nace de la mano de un niño. Besos.
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