FOTOGRAFÍA CON
JUAN ALCAIDE
Y EL VIEJO
FILLOL
Fillol, aquel <<Beethoven de
castiza sordera>>
derrama y canaliza la ilustre
desventura del flamenco;
a pausas agoniza la línea melódica
mientras que los bordones
se anudan, como los seres, para crear y
para morir.
¿De qué madera era su guitarra? (Aún
recuerdo
una falseta suya, por soleá, terrible).
Viejo Fillol, que aúlla y medita con
las manos,
haciendo música, desmantelado y
laborioso.
La tarde cubre de oro a Valdepeñas, la
hace
Misteriosa. La noche enciende las
bombillas
a cuya luz exánime el grupo silencioso
amarillea como una fotografía;
recordado hoy parece
la mezcla de dos mundos. Fillol arpegia
y pica,
levanta los tejados del diapasón y
muestra
el interior de la guitarra; allí
pululan
las emociones, hierven las arterias de
sufrimiento.
Y todos, redorados de luz nocturna,
caudalosos,
presos y mágicos, sincronizados,
torpemente infinitos,
con la “cinta” de vino en suspenso,
examinan
el universo a través de un poco de
música gitana.
Veraz y horrible debió ser aquella
presión
para que hoy la sintamos quien no la
vivimos entonces;
llega amenazadora y sin cicatrizar,
como la vida;
se diría que aquel lugar anda ambulante
por el tiempo.
Juan Alcaide, escuchaba como los otros.
Luego,
murió Fillol, y Juan amordazó su
espanto
en un poema que ardía aún de música.
Después,
también el se adentró bajo la tierra y
el lugar sonoro
se vaciaba… Conservamos en unos versos
la fuerza de aquellas reuniones. Y
ahora, pobres de nosotros
cuando murmura una guitarra advertimos
la acción de los siglos
y la emoción calenturienta de los seres
humanos que se van.
Dos grandes, uno poeta el otro en el altar de los dioses.
ResponderEliminarUn abrazo
Grandes, muy grandes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bello el poema homenaje y no menos un Paco de Lucía joven y brillante, un abrazo Juan!
ResponderEliminarHermoso poema a los que fueron y dejaron su arte para consuelo de los que quedan.
ResponderEliminarmariarosa
Una deslumbrante conjunción de arte, poesía y guitarra. Feliz domingo
ResponderEliminarUn gran poeta y no menos grande un deslumbrante e inigualable Paco de Lucía, un monstruo de la guitarra.
ResponderEliminarUn abrazo y buen domingo.
Unos recuerdos preciosos. La verdad, es un lujo leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Bendito homenaje a dos de los grandes.
ResponderEliminarAbrazos.
Ya no sé si me gusta el domingo por domingo o por tu sesión " de Domingo a Domingo", y es que haces esos "varios en uno" que son gloria bendita.
ResponderEliminarHoy le tocó el turno a Félix Grande, Juan Alcaide, el guitarrista malagueño Fillol, Paco de Lucía y tú mismo haciendo esa entrada homenaje ilustrada con esa guitarra que a poco que guardes silencio oyes su toque, y por si fuera poco Valdepeñas de fondo.
Hoy has hecho un "cinco en uno". Me uno a tu homenaje, Maestro: ¡Chin-chin va por los cinco y por Valdepeñas!
Una pieza sublime para un poema no menos sublime con tal homenaje.
ResponderEliminarMil besitos y feliz semana, Juan.
Hermoso poema homenaje. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarQué hermoso poema tributo. Me encanta leerlo
ResponderEliminarSaludos.
Bonitas palabras, bonito homenaje.
ResponderEliminarSAludos.
Desde aquí se saborea el rasgueo de la guitarra, el olor del vino de tu tierra y entre los trastes bordas el homenaje al poeta.
ResponderEliminarAbrazos, Juan.
Te leí el domingo pero no te podía comentar en ese momento y luego casi se me pasa el tiempo sin hacerlo.
ResponderEliminarNo, no lo conocía muchas gracias por traerlo es un poema precioso como no podía ser de ora forma viendo del gran maestro .
Un fuerte abrazo y feliz semana
Me gusta el poema.
ResponderEliminarAbrazos
Nos has traido a dos dioses del ARTE ¡Casi ná!
ResponderEliminarEsto es impagable, querido Juan.
Besotes.
Lo leí en el orden correcto :))
ResponderEliminarAy mi Paco de Lucía, qué grande.
Un beso