Hice mal en la entrada del pasado domingo.
Por cumplir una palabra, me precipité y no supe medir los tiempos.
Este poema de Alcaide que hoy transcribo
debió ser mostrado en primer lugar y publicar hoy el retrato que de este mismo
poema hizo Félix Grande.
El de hoy le da sentido al de hace siete
días. Se puede arreglar perfectamente, leyendo este primero y repitiendo la
lectura del anterior.
¡Nunca es malo repetir en poesía!
P/S.- A la hora de escoger la música que
acompaña mis entradas dominicales, he querido rendir homenaje al recientemente
fallecido Pedro Iturralde.
Permitirme que de esta manera aúne mis dos
pasiones: el flamenco y el jazz.
¡Y por si faltaba algo Gustav Klimt!
ESTAMPA Y
DESPEDIDA DE FILLOL
Recordadlo… A su roce temblaba la
madera
como el buche de un pájaro que al
cantar le da miedo.
Después él, ya Beethoven de castiza
sordera,
la amansaba a piropos con la yema del
dedo.
Que ahí estaba su gracia: en el piropo
de aquella inimitable falseta que
trenzaba.
¡Su falseta! Un repizco de verso…, sólo
un tropo…,
mas San Gabriel Arcángel le envidiaba.
La Virgen sonreía.
La guitarra ensanchaba su vientre,
querenciosa.
Y el parto de emoción nos florecía
a todos por igual, como una rosa.
Entonces los relojes se quedaban
parados.
Se aligeraban todos nuestros huesos.
Y los escalofríos, como “zapateados”,
nos iban por la espina hacia los sesos.
Descifraba el silencio su mensaje:
-Don Antonio Chacón me manda a verte.
Dice que cuando inicies tu tremendo
viaje
le lleves tu falseta para reconocerte…
Y era un “ay” doloroso desde el pecho a la mano,
“mandándolo”, muy grave, terrible,
sentencioso.
¡Toda la queja oculta de un Séneca
gitano
que se desangra adrede por morir más
hermoso!
Y el cogiendo “salidas”, sujetando los ayes,
conformando los tercios, limando
rozaduras,
“cicerone”
por plazas, callejones y calles
de la ciudad del Cante, para noches
oscuras…
Siempre así. Recordadlo. La castiza
sordera.
La sencillez tranquila del que su valer
mide.
Y ese desdén correcto, gracia valdepeñera,
del que da a su enemigo más de lo que
pide.
Yo lo evoco en la tarde del último
bureo,
y antes de que la muerte le borrase el
camino.
La guitarra, transida; la mano, sin
deseo,
y en un vaso, esa ausencia de una “cinta” de vino.
Dejarse todo un halo de grandeza en la
silla.
Despedirse de todos. No mirar hacia
atrás.
Bajar las escaleras. Salir de “La Casilla”.
Y alejarse, alejarse…!para no volver
más!
Por acá ha ocurrido un milagro, Juan, luego de leer el bello poema puse la música y mientras iba viendo las pinturas de pronto un parlante mudo hasta ahora comenzó a funcionar, con uno me bastaba, pero se ve que este no había encontrado hasta ahora motivo para ponerse a andar, gracias por este regalo de domingo, un abrazo!
ResponderEliminarAsunto arreglado despues de haberlo leído en el orden oportuno :-)
ResponderEliminarLa música, genial, como siempre.
Un abrazo.
Una excelente combinación de jazz y flamenco. Un acierto!
ResponderEliminarBuen domingo Juan. Abrazos.
Aplausos y màs aplausos, gracias por la poesía, por la música, por la dedicación a compartir (que lleva tiempo y energía, así que mil gracias).
ResponderEliminarUn abrazo de domingo.
Pasión y atracción por la muerte haciendo gala de su galanura. Un abrazo Juan!
ResponderEliminarEs una combinación excelente. Ahora volveré a leer el post del domingo pasado. Pero me parece que el resultado es igualmente maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz domingo
Aún, sin pasar a volver a releer el pasado post este, es maravilloso amigo.
ResponderEliminarBonito y bello homenaje a Iturralde.
Un abrazo y buen resto de domingo.
Un compendio de emociones y sensaciones acompasadas con una música ejemplar. Maravilloso, Juan.
ResponderEliminarMil besitos y feliz semana.
Un regalo para los sentidos, tu entrada.
ResponderEliminarGrande Pedro Iturralde.
Y grande, tú.
Un beso
Tanto que comentar que no sé por donde empezar, mira me ha salido un pareado.
ResponderEliminarEmpiezo por la imagen de las tinajas, que me ha encantado, me imagino que son de vino y de Valdepeñas, es que por aquí abajo también se echaba el aceite en tinajas como esas, me acuerdo de pequeña jugar entre ellas al escondite.
Muy acertada la elección de esa imagen para irnos metiendo en situación antes de empezar a leer a tu MAESTRO, que desde luego lo es y con mayúsculas. Esa metáfora de la guitarra ensanchando su vientre para parir la emoción, no tiene precio, como no debió tenerlo el escuchar el toque de Fillol en vivo y en directo. Qué bonito eso de... "los escalofríos, como zapateaos, nos iban por la espina hasta los sesos", es que no se puede decir mejor, ni ser más descriptivo y te lo digo porque esos escalofríos los he experimentando en mí, claro que no escuchando a Fillol.
Una pregunta ¿qué es una "cinta" de vino?
Muy elegante el final del poema con la evocación de esa despedida, ha hecho que me emocione.
Después de leer el poema varias veces, me he ido a la entrada del domingo pasado para volver a leer a Félix Grande y la verdad es que aunque ese sea el orden lógico, cada cual tiene arte suficiente y entidad propia para leerlo antes, después o en medio Pero vaya, a mí el poema de Juan Alcaide, me ha parecido apoteósico.
De la música que te has marcao ¿qué decirte? Jazz y flamenco a la vez... insuperable. Aprovecho para unirme al homenaje que le has hecho con este "Jaleo" al maestro Iturralde.
Y como guinda no has podido escoger mejor que el arte de Klimt, en mi despachillo tengo la mayoría de las pinturas que se muestran ahí. Es que me disloca. ¡Qué sorpresa más agradable!
En fin, chico...que me has alegrado la tarde del domingo, con lo tediosas que son todas ellas.
Un millón de gracias y de besos.
Gran homenaje el que has hecho. Aunando estas dos artes más tu presentación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena convinacion, leo los dos. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarEs la primera vez que escucho esa versión de "anda jaleo", maravillosa, soy más de música que de poesía.
ResponderEliminarUn abrazo
Un bello homenaje a Iturralde. Acompañado de las sensaciones que emanan de tus versos…
ResponderEliminarUn cálido abrazo Juan
Un bello homenaje a Iturralde. Acompañado de las sensaciones que emanan de tus versos…
ResponderEliminarUn cálido abrazo Juan
Boa tarde meu querido amigo Juan. Tudo muito belo e maravilhoso. Parabéns.
ResponderEliminarUna maravilla.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
No l conozco pero me ha gustado, se parece un poco a mi adorado Martin Fierro
ResponderEliminarabrazo
La primera versión del "anda jaleo" o "zorongo gitano" lo oí a través del piano que tocaba García Lorca, en un magnifico documental.
ResponderEliminarLa entrada es una joya toda ella y no exagero ni mijita.
¡OLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ!
Besos.