Aquel hombre, había hecho de la poesía
su vida, pero la poesía no había sabido agradecérselo.
Era poeta y lo malo era, que no sabía
hacer otra cosa.
Su mujer lo abandonó, porque el amor no
siempre puede vencer el hambre, y tuvo que volver con sus padres.
Desahuciado y solo, malvivió durante un
tiempo y harto de una existencia que no era capaz de bajar de la estrellas para
enfrentarse a la vida real, un mal día se quitó la vida.
Cuando vaciaron los pocos enseres que
quedaban en su casa, encontraron junto a sus pocas pertenencias un saco bien
lleno de palabras que no había podido ensamblar en sus poemas y que las había
ido guardando para otras oportunidades.
Se lo llevaron al reciclaje, con todas
las demás cosas inservibles: libros, harapos, tuberías, desconchados platos,
botellas vacías, cristales sucios y enmohecidos.
Tal vez por ello, cuando en un edificio
nuevo en los cristales se refleja y brilla un sol mañanero, es seguro
que en la materia que sujetaba el
cristal, se amalgamaron las palabras “irisar”
y “alborecer” que le sobraron al poeta.
Cuando
en invierno, las gotas de lluvia son como lágrimas frías y suenan en la tierra
desolada y seca, seguro que algo tiene que ver las palabras “algentes”, “perlar” y “petricor”.
Cuando
aquel hombre ayudaba a pasar a un invidente en el paso de peatones, seguro que
el abrigo lleva la palabra “bonhomía” incrustada
entre su trama.
Hasta la playa debió llegar alguna de
sus palabras sobrantes, “undívago”,
cuando se ven a los mortales disfrutar y soñar entre las olas y “algentes” al ver algunas pieles al salir
del mar.
Y cuando en esa misma playa, llega la
noche, nada mejor que mirar hacia lo alto y comprobar el brillo de los astros y
del cielo: una palabra, “coruscante” es
mecida por las olas y se embriaga de espumas la llegar a la arena.
El poeta de mi historia no tiró a la
papelera la palabra “nefelibata”, era
consciente de ello, pero siempre entendió que en las nubes, siempre se vive
mejor, que en esta tierra tan “arisca” y
“desabrida”.
Hace unos días, su mujer que no pudo
aguantar tanta “malaventura”, se
acercó hasta su tumba para seguir ofreciéndole su “acendrado” e “inmarcesible” amor, no así el ramo de
caducas rosas artificiales, en cuya fabricación todos los componentes fueron “efímeros”.
En el “arrebol” de la mañana el poeta, desde donde esté, buscará nuevo
brillo a sus palabras, con “sempiterno” afán.
Alguien quedará para usarlas
Empezá por casa, Juan! Ya imagino un bello poema tuyo con estas palabras! Caramba, creo que ya lo hiciste, un abrazo!
ResponderEliminarJuan que belleza de texto. Ahora solo queda buscarlas en el diccionario para conocer más sobre tu poesía. Sólo reconozco una palabra: sempiterno.(Dura siempre) las demás son desconocida para mi.
ResponderEliminarmariarosa
Precioso saco de palabras. Y trabajar con ellas para ensamblarlas de manera que luzcan con su máximo explendor, todo un desafío.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese saco te ha dado para mucho y bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
El poeta y sus palabras, Juan una simbiosis que nadie puede destruir. Seguro que en su nueva morada está buscando rimas asonantes, consonantes o de verso libre, donde esas palabras encajen de una forma bella como bellas han quedado en tu preciosa entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juer! Tienes que darme tu teléfono, para cuando intente algún crucigrama de nivel...
ResponderEliminarPor cierto, parece que hoy va de suicidios
Las únicas palabras que dan dinero son las que hieren e incluso matan, hay quien, con sus palabras, se venden a cualquiera, también lo vemos en la red de redes. Las palabras que hacen pensar, que te hacen soñar y vivir, esas cuesta encontrarlas, apenas valen, como mucho valen un pocos euros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las palabras son inertes la vida se la damos al nombrarlas, al escribirlas en voz alta, cuando las leen otros actores. Has escogido un ramo de palabras de las cuales algunas usamos poco, otras se han ido quedando en el fondo. Mi padre las sacaba todas a la palestra decía que no podían enmohecer. Un abrazo
ResponderEliminarUna triste historia la del poeta y un abanico de palabras que van olvidándose por falta de uso. Un saludo
ResponderEliminarMe entristece el final del poeta, y me encanta tu magistral texto, un recital de preciosas palabras.
ResponderEliminarTe felicito, Juan. Una original historia.
Besos
Esto es el "deleitar aprovechando", que preconizaban Horacio y Tirso de Molina. Nos haces disfrutar de tu escrito, mientras rescatamos o aprendemos palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Precioso poema triste y enriquecedor. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarUn texto precioso de reciclaje, pero sí que las palabras tenían acomodo, tal vez tras su partida.
ResponderEliminarUn abrazo
Unas palabras no usuales, la mayoría, cuyo sentido conocen pocos... Y estos, poetas!, o sensibles al lenguaje profundo.
ResponderEliminarUna grata exposición de ellas. Dando forma y sentido a un relato trágico, y a la vez natural...
Cuando no se encuentra salida al "camino" que la vida de uno es, es "natural", en algunos, embarcarse en la nave de... hasta más ver!
Buen relato Juan. Con el sentimiento apropiado.
Abrazos.
Una Bella historia Juan, aunque esas palabras no las utilizase personaje alaguno,ahí qurdarían para la posteridad. Quitarse la vida fué demasido. Pero comprendo tu sentir. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarUna triste historia acompañada de un buen saco de ricas palabra, con el tiempo, por desgracia muchas quedan en desuso y bueno es recuperar la gran belleza y riqueza de nuestro vocabulario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nos conocemos de ver nuestro nombre en algún comentario en otros Blogs, pero por el tiempo, las prisas, y demás nunca había llegado a la puerta del tuyo y entrar sin llamar, como hoy, y encontrarme ese saco de palabras olvidadas del poeta.
ResponderEliminarMe ha gustado y con tu permiso volveré, Juan.
Un abrazo.
Me has dejado pasmadita. ¡Qué belleza y riqueza de entrada!
ResponderEliminarBesos.
Boa noite Juan. Parabéns pelo texto interessante.
ResponderEliminarComponentes reciclables y eternos... por supuesto.
ResponderEliminarEres el mago de la palabra. Este cuento yo sí he de leerlo dos veces, con el diccionario en la mano...
¡Bravísimo! Me encantó.
También nuestra querida amiga... estará muy orgullosa de ti... :) (adoraba tus creaciones)
Un gran abrazo
Juan, he leído tu historia dos veces y me doy cuenta que tu creatividad es una invitación a que conozcamos el vocabulario y lo renovemos de vez en cuando. Varias palabras las he apuntado, porque las desconocía y tienen buen sonido y sentido. Bravo por tu curiosidad y afán de aprender, amigo...Estoy segura, como dice Maite,que nuestra amiga disfrutará de lo lindo leyéndote desde allá arriba.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tus buenos temas, siempre genuinos y profundos.
Una entrada originalísima nunca se me habría ocurrido montar un post con una serie de palabras que no se usan normalmente y tú las has sabido entrelazar en un argumento bonito romántico y hasta creíble bello y emocioaHe aprendido algunas de esas palabras que no conocía así es que también me han enriquecido a la vez que las he disfrutado , sobre todo, ese final que no puede ser más bello y emocionante.
ResponderEliminarTe aplaudo, te felicito y te abrazo.
Qué bonito, Juan!
ResponderEliminarUn besazo