Se conocieron en el
año 1.945, durante el examen de Ingreso, necesario para el acceso para los
estudios del Bachillerato.
Juan Carlos, hijo del
Director del Banco de España, de la ciudad, aprobó el examen con unas
excelentes notas.
Felipe, de una familia
de cosecheros de uva y bodegueros, estuvo a punto de suspender, a pesar de sus
sofisticadas “chuletas”, pero como después pudimos comprobar durante los largos siete años de clases, siempre había
alguna razón para que consiguiera el aprobado, aunque fuera por los pelos.
El tercero, llamado
Julián, simplemente aprobó.
Su amistad siguió
durante el tiempo de los estudios y fue fraguándose en los tiempos del “recreo”
entre clase y clase.
Los primeros
cigarrillos en los lavabos, las primeras
presunciones eróticas, el despiste de
Juan Carlos, en todo lo que sonase a mundano, que era aprovechado por Felipe
para reírse de sus extrañas aficiones, la música y la literatura, mientras
Julián tenía que intervenir a veces, cuando las discusiones entre ambos
empezaban a ser hirientes.
Pasaron los años y al
cumplirse los 25 años del final del bachillerato, Julián que seguía viviendo en
la ciudad, se encargó de tratar de reunir a todos, con el fin de celebrar la
efemérides. Tras múltiples indagaciones y contactos, consiguió saber de las
“andanzas” de todos sus compañeros.
Alguno era un alto
cargo de unos afamados laboratorios alemanes, otro un renombrado Juez,
profesores, médicos, y un largo etcétera, que ahora no recordaba.
Juan Carlos contestó a la
invitación, con una perfectamente redactada carta, donde daba las gracias, al
tiempo que justificaba su no presencia con argumentos comprensibles.
Él, que era un
estudiante de matrículas, tanto en Matemáticas, Física y Química, como en
Literatura, Filosofía, Latín y Griego, y al que todos suponíamos con una
brillante carrera, residía en un pueblecito de Canarias, donde ejercía de
Secretario del Ayuntamiento.
Julián, que lo conocía
bien, intuía que sería feliz en aquella hermosa tierra, sin que nadie le molestara
en sus abstracciones musicales, liricas y poéticas y disfrutando de una
naturaleza que siempre respetó y mimó.
De Felipe, que ni
contestó a la invitación, se enteró, pasado un tiempo, que las bodegas y los
“majuelos” de la familia habían desaparecido y ahora se dedicaba a comprar pequeñas partidas de vino, que
previamente tenía apalabradas, para la venta a bodegueros de otras regiones.
Al poco tiempo, consiguió
una concejalía de un pueblo de la sierra
madrileña, una vez afiliado a U.C.D. y su “status”, su posición y su patrimonio
subieron como la espuma.
Cazurro y vividor,
cuando aún no se conocían las “puertas giratorias”, él supo sacarle el provecho
a la política, como si de una prestigiosa carrera se tratara.
De Julián, después de
afincarse lejos de la ciudad, el que esto escribe perdió todo el contacto.
Últimamente, alguien
me ha dicho que, tras su jubilación, se dedica a escribir malos versos y algún
que otro relato sobre sus recuerdos.
De eso sabemos casi todos, pasa el tiempo y si el contacto no es periódico se pierden muchas afinidades, las vidas discurren por cauces diversos. La historia es tan real que he sentido simpatía por "Julián" es como si lo conociera. Abrazucos
ResponderEliminarSinceramente: Creo que somos mayoría, los que tenemos la impresión de haber desconectado con aquel que fuimos en otro tiempo. Y también creo que esta impresión o sensación, es algo que llega cuando la edad "es suficiente". También pienso que es como si de ser actor, pasáramos a ser espectador del teatro de nuestra vida. Y lo bueno que tiene esto es que nos permite ser más críticos y posiblemente mas objetivos con nosotros mismos.
ResponderEliminarLa historia es muy real y hace que sintamos cosas que todos llevamos olvidadas o aparcadas en la memoria,ya que perder el contacto o desconectarnos en algún momento,creo que nos ocurre a casi todo el mundo.La vida lleva a cada cual por sitios diferentes.
ResponderEliminarUn abrazo,Juan.
Brindo por Julián, que nos deleita con música y poesía cada domingo, y relatos nostálgicos entre semana, un abrazo Juan!
ResponderEliminarPreciosa y sensible historia.! Dice mucho bueno de Julián!
ResponderEliminarVidas diferentes de una juventud que fue un racimo de talentos en pos de un sueño. Precioso reflejo de la realidad, de lo que pasa en la vida con los amigos. Quien propone el reencuentro tal vez pensaba rememora los tiempos de amistad, pero la vida es así.
ResponderEliminarUn abrazo grande, y por una tarde estupenda
Has dibujado dos caracteres muy bien; uno intelectual y otro práctico. Pero falta el de Julián, por lo que se deduce que eres tú...?
ResponderEliminarSi es así, nada de malos versos y recuerdos. Un poeta y relatista de categoría. :)
¡No pares!
Un abrazo cordial :)
Pues me quedo con los malos versos de Julian, a mi sus historias me encantan.
ResponderEliminarMándale un abrazo de una admiradora.
De Julián no todos piensan como tú. La gente disfruta muchísimo leyendo sus escritos, preñados de sensibilidad y buen gusto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi hermano tiene un grupo de esos de cuando jugaban al mini básquet (baloncesto infantil) a esa edad tenían no más de 12 o 13 años, al igual que en tu entrada, hay un juez, un secretario de juzgado, un coronel del ejercito con múltiples decoraciones, algún empresario que otro y poco más, alguno ya está jubilado, pero desde hace años se reúnen en una cena y para ello vienen de distintos lugares de España.
ResponderEliminarUn abrazo.
A foto é maravilhosa Juan, parabéns.
ResponderEliminarHola Julián, perdón, quise decir Juan no te fíes de los comentarios, a la gente le cuesta trabajo reconocer cuando las personas son felices haciendo lo que le gusta hacer sin afanes lucrativos , ni afanes de medallitas. Yo que he tenido el placer de conocerlo a través de la blogosfera sé que es feliz, primero porque ya se ha puesto las dos dosis de la vacuna y podrá abrazar a sus nietas, segundo porque está hecho un consumado poeta, prosista, musicólogo, flamencólogo y además es pintor y por si eso fuera poco es muy apreciado por un grupo de amigxs a los que obsequia con su arte cada vez que publica sus entradas. Así es que ya te he puesto al día.
ResponderEliminarJulián es un tipo con suerte porque tiene lo que realmente vale en esta vida.
Ahora vas y se lo cuentas a los otros, como decía el del chiste, jajajaj
Sabes, de los tres me quedo con Julían y sus versos y su música y sus historias, pero sobre todo con su persona. Y como dice Tracy, ahora ve y díselo.
ResponderEliminarMañana inicio yo mi primera dosis, ya te contaré.
Un beso grande.
¡¡Qué buen relato!! Juan.
ResponderEliminarLa verdad es que una siente especial cariño al personaje de Julián, no sé muy por qué, je je je
Besos.
Historias de la vida de tres personajes, que tal vez cumplieron sus sueños o no, pero que seguramente habrán elegido el camino que más le gustaba y les deba felicidad.
ResponderEliminarmariarosa
La memoria es fundamental en el tiempo, nos permite hacer balance y sacar conclusiones del destino y del paso de la vida. Tu lo haces de maravilla, Juan. Los tres personajes se labraron el futuro y disfrutarán de sus talentos y habilidades, sin duda. El autor del texto es humilde y perfeccionista, es consciente de que sigue aprendiendo día a día y le gusta hacer las cosas bien...Mi enhorabuena por esa entrega y amor por las letras, Juan.
ResponderEliminarMi abrazo manchego de luz infinita.
Estimado amigo, ya de vuelta por aquí con los ojos bastante mejor, esperamos aguanten y no vuelvan a traicionarme.
ResponderEliminarDe este bello relato aprecio la figura de Julián, él siempre estará ahí para lo bueno y para lo malo, aparte de deleitarnos con buenos relatos, poemas y buena música, así que bienvenido sea Julián.
Un abrazo amigo y buena semana.
Tan malos no me parecen ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Las vidas se entrecruzan, y en ese tejer cambiamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Juan , que buena entrada , eso lo que cuenta
ResponderEliminarque hayas escrito la vida de estos tres amigos , aunque como tu bien dices
al que se dedica a escribir malos versos y algún que otro relato sobre sus recuerdos.
No será tan malo , que somos muchos los que lo leemos , y a mi tu me encantas , como escribes de
tus versos , poema y las andanzas y avatares de una interesante vida , que aun tiene muchas cosas que contar
y aportar , te deseo una feliz noche amigo mío , besos de flor.
Pd , Nunca dejes de escribir , lo haces muy bien de verdad.
Con el paso del tiempo las amistades se alejan pero nos queda el recuerdo. Un gusto leerte. Saludos.
ResponderEliminarUna buena historia y cercana a las similitudes que se dan en la vida cotidiana en el hecho de que a veces la amistad no siempre acaba bien.
ResponderEliminarSaludos.
que placer es pasar por acá y leerte!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarun abrazo muchacho