EL
VIEJO MOLINO
El
casino estaba en penumbra. Dos o tres socios dormitaban reclinados en cómodos
sillones. Otros, sentados alrededor de una mesa con tapete verde, hacían
solitarios o leían el periódico del día.
Se
oían los gritos lejanos y acolchados de los niños que jugaban en la calle. Un
camarero sesteaba en el vestíbulo, arrellanado en un sillón de mimbre.
Uno
de los que leía, rompió el silencio espeso de la siesta.
.-
Estos extranjeros no saben en que gastar dinero. Dice aquí que un país de
"las américas", va a comprar unos terrenos en la Mancha, para
construir un molino de viento.. Dice que dedicará a museo y para celebrar
encuentros culturales, que sirvan para un mejor conocimiento entre los dos
países.
Uno
de los que dormitaba, se limpió la ceniza del chaleco, retiró el puro apagado
de su boca y sentenció:
.-
! Bah !, eso son "ganas de ganeta".
Tras
tan sesuda aseveración, todos asistieron moviendo la cabeza. El sopor seguía
siendo el dueño de la tarde y de las mentes.
..
.. ..
El
salón de sesiones del ayuntamiento tenía abierto los balcones de par en par.
Los
concejales en mangas de camisa ocupaban sus sillones correspondientes, deseosos
de acabar cuanto antes este pleno, con el fin de reunirse con sus familias a la
fresca de las terrazas de la plaza.
A
través de las palabras y los acuerdos, se filtraba el ruido monocorde del agua
de la fuente con una promesa de oasis y frescor.
Ya
se habían tratado varios asuntos, cuando el alcalde que presidía la sesión,
bajo un enorme oleo de Franco a caballo, tomó de nuevo la palabra:
.-
Como alcalde que soy de esta corporación, os propongo que en los terrenos
conocidos como las "Eras Viejas", que como sabéis son propiedad del
ayuntamiento, se proceda a la construcción de un campo de fútbol, para el
esparcimiento de nuestros jóvenes. Tengo los permisos de la Diputación y del
delegado provincial del Movimiento.
Todos
asintieron complacidos, salvo Ruperto, el herrero.
.-
Con permiso, seguro que ni usted ni alguno de mis compañeros de corporación,
han columbrado que para realizar este proyecto, es necesario derruir el molino
de viento que comedia los terrenos de la era.
El
alcalde miró con gesto nervioso su reloj de cadena, acallo los murmullos de los
ediles y con gesto contrariado argumentó:
.-Si
me he dado cuenta. Precisamente pensando en la inutilidad del molino y pensando
además que el día menos pensado se va a caer de viejo, es por lo que he elegido
estos terrenos. De todas maneras le haré saber al Jefe del Movimiento tu voto
en contra, si tu así lo decides.
Volvieron
a repetirse los gestos de conformidad y la propuesta fue aprobada por
unanimidad. Incluyendo al herrero, claro
está.
..
.. ..
Días
después en un pueblo cercano, se inauguraba un nuevo molino, sufragado en su
totalidad por una república sudamericana.
El
embajador de dicha república, tras el consabido vino de honor, hizo uso de la
palabra:
.-"....
estos molinos que son como los hombres de esta tierra enorme y universal. Estos
gigantes que aún se mantienen en pié, gracias a la defensa continuada, con la
lanza del espíritu de todos los quijotes de esta Mancha entrañable y
luminosa".
Sonrisas
de satisfacción ponían contrapunto al azul del cielo ... y de las camisas.
..
.. ..
Al
pié de las tapias del nuevo campo de fútbol de las Eras Bajas (Estadio José
Antonio lo llamaron), estuvieron durante mucho tiempo las aspas del molino
derruido.
Eran
como una gran cruz en la que se clavaba dolorosamente el paisaje.
Has "clavao" el ambiente y la naturaleza carpetovetónica.
ResponderEliminarQué tiempos...!
ResponderEliminarMe ha encantado la actitud del personaje del herrero, retrata magníficamente la política de ese momento y cómo se actuaba.
Muy bueno también tu segundo retrato en sepia.
Y tanto que "en sepia"...
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo percibo con una inmejorable metáfora de nuestro presente, cuatro "alcades" luchando por que hacer con ese molino y ganó el futbol o su destrucción, de ambas formas El Quijote se aleja de esta irreconocible comarca.
ResponderEliminarBesos muy fuertes,
TRamos
No sé si reírme o llorar... el futbol, que ya no es deporte ni nà. El nuevo opio del pueblo.
ResponderEliminarMe gustan tus retratos en sepia :) y les veo bastante color de actualidad ;)
Un beso, vecino bloguero amigo.