OYENDO
CAMPANAS
De
una lejana espadaña,
con
repiques de nostalgias
oigo
sonar las campanas
que
recuerdo de mi infancia.
Huelo
a mi niñez perdida,
a
mañanas en los patios,
al
vivo rumor de casa
y
a domingo sin zapatos.
Por
un ocaso dorado
y
sin poder remediarlo,
camino
por los recuerdos
que
van marcando los pasos.
Voy
señalando caminos
con
migas de desencanto,
por
si bañadas de luna
las
picotean los pájaros.
Hay
un muro de misterio
con
mis dudas levantado
y
me da miedo saber
que
me encuentro al otro lado.
Iré
coleccionando espigas
y
flores de los linderos,
mientras
la noche se acerca
con
su manto de silencio.
Otoño, 2016
Las fotos extraordinarias.
ResponderEliminarEl poema precioso.
La sensación que queda es de que esta tarde de lluvia ha merecido la pena.
Un abrazo.
Lo verdaderamente importante de los recuerdos no se encuentra en el hecho de recordar con agrado sino en la emoción qué su recuerdo genera en el individuo. Esa es la verdadera riqueza, el tesoro que la vida nos ofrece como bien has dejado reflejado en esta entrada.
ResponderEliminarEl tañer de las campanas tiene un tremendo poder evocador que has reflejado magníficamente en tu poesía.
ResponderEliminarLo verdaderamente valioso es la sensación que produjo y al recordando sigue sucediendo, muy bello, Juan
ResponderEliminarBeso
Nostálgicos y sentidos versos, Juan... Pero la noche y su manto tendrán que esperar, aún nos quedan muchas primaveras :) Abrazo.
ResponderEliminarY la imagen maravillosa Juan. Su música ha viajado hasta esta mañana luminosa de otoño con dorados, eternos, que ya pronto pasan.
ResponderEliminarSaludos.
Es cierto que las campanas suenan a nostalgia cuando cae la noche; y tú lo plasmas en unos versos bien bonitos, Juan. Pero algunas también repican alegres en las mañanas soleadas ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazote.
MUY BUENAS TARDES-NOCHES, Juan, que encima son semilluviosas lo cual las embellece más si cabe. Leyendo tu magnífico poema me viene a la memoria aquello que pronunciara Gandalf el blanco (gran mago y mejor persona), y era algo así: "...no nos toca a nosotros decidir qué tiempo vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado" Es decir, aprovecha hasta el último picosegundo que se nos ha otorgado, y hacerlo justo en aquello que importa de veras.
ResponderEliminarSaludos
Si no fuera por los recuerdos qué poco sentido tendría la vida. Cuántas migas de desengaño vamos dejando en el camino y aún así seguimos andando, nos resistimos a parar porque eso significaría renunciar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si no fuera por los recuerdos qué poco sentido tendría la vida. Cuántas migas de desengaño vamos dejando en el camino y aún así seguimos andando, nos resistimos a parar porque eso significaría renunciar.
ResponderEliminarUn abrazo.