Comenzaré esta “entradilla”,
como acostumbraba el fallecido escritor Francisco Umbral, en sus colaboraciones
del “desdibujado” diario “El País”: “Iba a comprar el pan”
A
eso me dirigía yo, aunque debo reconocer que además del básico alimento, llevaba
en la nota alguna que otra necesaria vianda, que no solo de pan vive el hombre
y yo soy muy considerado con las frases bíblicas.
Al
llegar a la Plaza de Santa Clara, me encuentro con que dicho espacio ha sido
ocupado, por una desnuda, estática y brillante tropa de maniquíes negras que a
pesar de su quietud, ya han tenido tiempo de pasar por algunos de los muchos
establecimiento de los que se disponen en esta capital.
Soy
consciente de la determinación con la
que se empeñan en su cometido, que lejos de entristecerse por su desesperante
quietud, vienen a demostrar con altivez, que la ciudad es suya.
Dos
señoras que pasan a mi lado, comentan incrédulas el montaje de la plaza. Una de
ellas, convencida totalmente de su argumentario, le dice a la otra:
.-Seguro que esto es un homenaje a los negros”.
Bendita
candidez, que no sabe de días de la semana con el color que quieren darle
aquellos que, bien adiestrados por el todopoderoso capital, nos enseñan a que
compremos, aunque no nos sea necesario.
Mea culpa: a pesar de
ser miércoles, no he podido resistirme a la tentación de una botella de vermut
de Reus, que hacía tiempo que trataba de encontrar.
Ya lo dijo el poeta: “Equivocarse
es humano y perdonar es divino”.
También soy muy
considerado con los poetas.
Lo mejor del día: el vermut de Reus :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Como te ha comentado Javier lo mejor el vermut. En cuanto a esas estatuas, o lo que sea, pues hombre muy mal no quedan, aunque como uno vaya borracho, se da de boca con una de ellas, y cuando quiera recobrarse ya se ha dado de morros con la otra. Muy logrado lo de esa mujer, que comentaba que sería un homenaje a los negros, aunque si son féminas, digo yo que sería a las negras. Y no sé como más de una ya no la han tumbado, con los cafres que hay sueltos.
ResponderEliminarAbrazo JUAN
Huy Juan, me encanta esta ingeniosa entrada, con su carga de consumismo y no pasar desapercibidas las estatuas que intencionadamente son negras, claro.
ResponderEliminarYo no bebo vermut, mi celebraciones van con zumos naturales, agua y como mucho, cerveza sin, ¡Menudas juegas hago en familia! Es muy grande, dicho sea de paso...
Un beso.
¡MUY BUENAS noches tenga, Juan! Y vamos, como para encontrarte esa escampada de maniquíes en plena noche, sin alumbrado público, con niebla y encima sin nadie por la calle, amos anda... ¡FLIPA!, jajajajajaja...
ResponderEliminarAbrazote de nuestra parte!!!
Me alegro de tu gloriosa mañana, que se repita.
ResponderEliminarUna mañana productiva, me encanta cuando eres considerado con las frases bíblicas, con los poetas, ten cuidado con la botella de vermut de Reus. Un abrazo
ResponderEliminar¿No hubo nadie que considerara eso una obra de arte?, ya sabes, ahora está de moda el arte moderno y esas chorradas.
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja buenísima entrada para reflexionar y compartir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
P.d
me quedo meditando sobre la candidez- malicia prejuiciosa de la señora!
Curiosa, original y elegante manera de publicitarse, me gusta. Aunque debe ser difícil pasar por allí y no llevarse el "pico" de esa barra de pan tan atractiva (sobre todo a la hora del desayuno :)
ResponderEliminar:) Candidez la mía también pues al ver la primera foto pensé en alguna manifestación reivindicación de mujeres haciéndose ver a pesar de lo oscuro del panorama, diciendo "Existo y ocupo un lugar: respétame aunque vaya desnuda."
ResponderEliminarMe equivoqué: era por el Black Friday...pero bueno... resulta ser un buen ardid publicitario, por curioso, en efecto.
Original texto, como siempre.
Un abrazo, Juan. Y una sonrisa :)