jueves, 15 de febrero de 2018

LA SOLEA







Soy un convencido de que el flamenco, como cualquier modalidad de arte del sentimiento, no puede explicarse, se siente o no, te alegra o te tortura como un primer amor, no nos deja indiferentes.

Como bien dijo Manuel Machado, “es el saber popular,/que encierra todo el saber:/ que es saber sufrir, amar,/morirse y aborrecer.

Por tanto solo daré unos pequeños datos sobre este “palo” del flamenco.

Me atrevo a decir y coincido con  bastantes estudiosos que la “solea” es la piedra fundamental del flamenco.

Son cantes de tres o cuatros versos. Los de tres versos se conocen por “soleá chica”, con rima consonante o asonante, entre la primera y la tercera estrofa.

Yo sembré en una maceta
la semilla del encanto
y me salió la violeta.

Los de cuatro versos, (“soleá grande”), con rima entres las estrofas pares.

Que salga el sol o que no salga
¿Eso que me importa a mí?
si la luz que a mí me alumbra
es cuando te veo a ti.

Hay bastantes variantes de la soleá, tantas como lugares y cantaores, pero hay una línea inequívoca sobre el nacimiento y crecimiento de este cante, que se inicia en Cádiz, para seguir por Jerez y terminar en Triana.

La de Cádiz, llamadas en principio “jaleos”, tienen sabor a sal y a gracia, mientras que las de Jerez y Triana se hacen mayores con el tiempo y terminan por aceptar un serio compromiso que atiende a lo melódico y tonal.

Esa soleá ya está hecha con mimbres de dolor, desesperado sacrificio y ronco sentimiento.

Muchos han sido los poetas que han querido y logrado escribir “soleares”. Hasta yo mismo que apenas sé juntar palabras con sentido, lo he intentado. Craso error: las letras flamencas no les pertenecen a nadie, están en el aire, están en el hondo decir de los que no saben gramática y si saben de padeceres.

Corre y dile a tu maestro
el que te enseñó a querer
que te devuelva el dinero
que no te ha enseñado bien.

La soleá, no sería posible sin el acompañamiento, unas veces claro y otras sombrío que vibra y nos hace vibrar con los arpegios de una guitarra.

La guitarra, esa guapa moza que nos acompaña, mientras el “cantaor” intenta domar su pena.

Con su falseta el guitarrista comenta y enaltece lo que el cantaor añora o sufre.


Pero basta de palabras, os quería dejar un video y buscando he encontrado el que os ofrezco. Y os contaré una cosa: ese vídeo me ha hecho llorar.

Os doy la explicación, buscaba una  solea”  que en su poesía dijera todo lo que el sentimiento ordena y encontré esta de Pastora Pavón “La Niña de los Peines”. Unas “soleares” que yo había oído cantar muchas veces a mí padre.

Esta “solea”, que forma parte del repertorio de la emoción y el recuerdo, ha podido con el sosiego y no he sido capaz de domeñar los entresijos del sentimiento y mis lágrimas han sido también arpegios de guitarra, acompañando a la verdad del cante.







14 comentarios:

  1. Estupenda lección para neófitos. Gracias :-)
    Un abrazo.

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  2. Toda una lección magistral sobre la solea y los sentimientos vívidos que despierta. Imagino que para ti especialmente tiene que haber sido muy grande traer a la memoria esas soleares que cantaba tu padre. Un abrazo

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  3. Esa soleá seguro que el alma te la alegra, aún en la ausencia dolorosa. Con este poema me has traído el recuerdo de mi madre que nos dejó en enero del 2017, y me niego ha guardar sus recuerdos, la quiero tener siempre presente.Me ha tocado el corazón está soleá.
    Feliz noche.

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  4. ¡BRAVO, BRAVO Y BRAVO! Muy buen post, ¡SÍ SEÑOR!

    Abrazote de nuestra parte para vos y familia!!!

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  5. Enhorabuena, Dº Juan L. Trujillo. Hay que tener arte.

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  6. Me encanta...

    Son letras que tocan el alma...

    Es precioso este post, la música, todo.

    Muchos besos, Juan.

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  7. "Enseñar al que no sabe". Me encantan estas lecciones de flamenco tan amenas que estoy recibiendo de tu pluma fácil. Gracias.

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  8. Te felicito por estas entradas que van in crescendo.
    La soleá es uno de los palos que más me gustan del flamenco y sus letras como bien dices están en poder del pueblo que las creó, las guardó y las ha sabido conservar.
    Comprendo que te hayas emocionado oyendo a La niña los Peines, yo también lo he hecho y no conocí a tu padre, así es que me puedo imaginar lo que representa para ti.
    Un abrazo por soleares.

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  9. ¿Como podías tener todo eso dentro y no compartirlo? lo haces precioso, a quienes nos gusta lo disfrutamos, a los que solo tenemos una idea ligerita nos empapamos de sabiduría y para aquellos que no saben que detrás de la palabra flamenco hay otra que aquí se escribe con mayúscula y es Arte. Llorar al recordar a tu padre te ha acercado mas a el, seguro que te habrá secado alguna lágrima. Muchas gracias por estos regalos.

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  10. Buena muy buena lección de flamenco; palmas y enhorabuena. No cabe la menor duda, de que este arte lo tienes muy mamado.

    Abrazo JUAN.

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  11. Mi blog es Gaudí y Más. http://amf2010blog.blogspot.com.es/

    Saludos.

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  12. Hola Juán L. Trujillo. Yo no entiendo nada de flamenco, pero agradezco esta lección de las soleás, y he escuchado con toda atención a la NIña de los Peines. Hay que acostumbrarse.
    la gente que hemos nacido en el norte somos más dados a otras músicas, que no son peores ni mejores, sinó diferentes. Gracias amigo, por compartir. Estaré atenta por si te decides a publicar mas sobre flamenco

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  13. Vengo directa del blog de nuestra querida amiga en común “Ester”, y por su recomendación en visitarte.

    Decirte que ha sido un placer pasearme por aquí, por el arte y la belleza que he podido sentir, porque como muy bien dices, todo aquello que transmiten los sentimientos en cualquiera de sus expresiones, se sienten o no, así que felicidades por este post, así como por el blog que, sin duda, destila un sentir de los de verdad, intenso y profundo; toca la fibra.

    Bsoss, y feliz día.

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  14. Juan, esto es impagable. El "duende" es ante todo sentimiento profundo, de él arranca su grandeza.

    Tengo una entrada a la gran Niña de los Peines, ella fue única. Al flamenco en general y a las mujeres guitarristas y cantaoras. No sabía que sintieras este arte de esta forma tan sublime...Si me lo permites, te sugiero el libro de José Blas Vega: Silverio: "El rey de los Cantaores", Ediciones Posadas, Córdoba, 1995.(Creo que su mejor biografo). No sé si lo encontrarás por ahí, en Sevilla está agotado desde hace mucho. Quizás por internet?

    SOLEARES DE SILVERIO:



    Aunque toquen a arrebato
    las campanas der sentío
    no s'ha de apagar er fuego
    que esta serrana ha ensendio

    Cuando te encuentro en la calle
    er sentio se me quita,
    y m'agarro a las paeres
    jasta perderte de vista...

    Cuando se ven en la calle
    personas que s'han querío
    se le múa la coló
    y se les quita er sentio

    Mar doló te mande Dios
    como con otro te vayas
    que t'has llevaíto mío
    sangre mía en tus entrañas...

    Te agradezco infinito estas entradas, tanto como te las valoro, aprendo mucho contigo. estoy espectante a la próxima.

    Una caja grande de abrazetes, ea.

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