No pretendo intentar
en este corto espacio, todo lo que se conoce y se ha estudiado sobre el
nacimiento de “la seguiriya”, es palo del cante que junto a “la solea” y la “bulería”, forman el
entramado sobre el que se sustenta todo el bello edificio del cante flamenco.
Os
diré, que la “seguriya” es un cante
de desgarro, de solemnidad, de “quejío”
y donde el melisma se hace pena y nos conmueve el alma. También su cante es la
expresión social del hombre, todo aquello por lo que se siente sometido:
Yo no sé por donde
ni por donde no,
se me ha “liao” esta
soguita al cuerpo
sin saberlo yo.
Al
comienzo del siglo XIX, a este cante se le llamó “Playera”, pero su etimología no viene de playa, si no de
plañidera, pues en el principio eran cantes que se ofrecían en el velatorio,
para mostrar el dolor por la pérdida.
Os
habrá extrañado el que no se sepa de la
seguiriya hasta finales del XVIII y principios del XIX.
Al
ser la seguiriya el cante “caló” por excelencia, algunos
historiadores entienden que hasta que Carlos III concede libertad de
movimientos a los gitanos marginados y ocultos, estos empiezan a hacerse sentir
y lo hacen cantando las penas de su mal vivir pasado.
“Siempre por los
rincones
te encuentro llorando
que yo no tenga
libertad en mi vida
si te doy mal pago”
Como
con “la solea”, el arco vital de sus
comienzos se centra entre Cádiz, Jerez y Triana.
Se
necesitaría mucho empeño, tiempo y dedicación a poder establecer un mínimo
común denominador de la métrica de la “seguiriya”.
Quiero pensar que cuando los sentimientos nacen en el corazón y suben a la
garganta, las medidas sobran y se hacen portento de voz y melodía, aunque la
pena ahogue.
Dice
González Climent, que tanto por la quejumbre de su línea sonora como por el
contenido agonista de sus coplas, la seguiriya
es el cante más extremo: "no hay nada más allá de las siguiriyas. Son el salto al vacío, donde la razón humildemente
tiene que atreverse a no ver, a no explicar, solamente a gritar. Tras las siguiriyas sólo cabe Dios o la
Nada".
Muchos
flamencólogos tienen por cierto, las similares características de las
“seguidillas manchegas con las “seguiriyas
flamencas”.
Es
posible que en aquel tiempo, un “bato”
*“calorró” *y sus “chavós”*, abandonados por “Undebel”*, fuesen a vendimiar a mi
tierra, para “alachar”* “jamar”*,
oyesen una seguidilla manchega, que después cantiñearon a su aire y de ese modo
nació la “seguirilla flamenca”.
No pierdas la
esperanza,
que aunque el pocito
era jondo
la soguita alcanza.
Pero
no decirlo a nadie, las manchegas me pueden hacer sonreír, pero con la seguiriya flamenca, siento que se rompen
las normas y como por dentro se opera la originalidad de lo primerizo, porque
el cante flamenco nunca es el mismo, se debe siempre al intérprete y a ese
ángel que siempre termina por visitarle y hace posible el milagro.
En la torre está el
reló
y el mochuelo en el
olivo,
en mi corazón la pena:
cada cosa está en su
sitio.
La
“seguiriya” es un “quejío” del alma que no espera
consuelo, la flagelación del sentimiento.
Y
de nuevo los recuerdos. Siempre escuche de los aficionados antiguos, que Manuel
Torres era el mejor cantaor por “siguirillas”
conocido. No entraré en vanas disquisiciones, pero debo decir que su garganta
es un portento de sensibilidad y su melisma, posteriormente copiado por grandes
maestros, adorna sus cantes hasta hacerlos únicos.
Pero
mejor es escucharlo, aun con los problemas del tiempo.
Del habla del caló:
*BATO.- Padre
*CALORRÓ.- Gitano
*CHAVOS.-Hijos
*UNDEBEL.- Dios
*ALACHAR.- Conseguir
* JAMAR.- Comer
Otra gran lección de flamenco, y gracias por la amplia información que das sobre este "palo" de la "seguirilla", y que yo francamente desconocía. No sabía muchas cosas de las que has apuntado al respecto. El habla del caló tiene su miga, y hoy prácticamente ya ha desaparecido o está en desuso. Manuel Torre, a pesar de no ser uno de los cantaores más conocidos, marco un estilo muy propio.
ResponderEliminarAbrazo JUAN.
Pues olé!!!por tu homenje a la historia flemenca de este pais,mi tierra, yo no soy muy aficionada al flamenco, estoy por otra música, pero no dejo de reconocer el mérito, porque es de mi tierra, y lo mismo que se baja el dedo se debe subir y reconocer lo bueno de nuestras raices.
ResponderEliminarUn gran abrzo Juan.Feliz día.
Una estupenda entrada. Saludos
ResponderEliminarMadre mía lo que sabes y lo tenias callaó. Lo cuentas con una sencillez que maravilla porque hay que saberlo muy bien para ordenarlo como lo haces, esta es un amanera de hacer seguidores del flamenco. Ha estado muy bien añadir las palabras del caló y su traducción, alachar no la conocía y había olvidado bato, hace mucho que no lo oigo hablar. Gracias por estas entradas y un abrazo
ResponderEliminar¿También sabes caló? eres la releche, te voy a proponer pa que te den el premio Fosforito de mi tierra.
ResponderEliminarEnhorabuena por la lección que nos has dado que casi has dejado en pañales al mismísimo maestro Agustín Gómez.
Oye Juan, lo que yo no sabía es eso de que en el s. xIx a las seguiriyas se les había llamado "playeras", me ha llamado mucho la atención al leerlo, pero cuando he visto que es una desviación de plañidera, lo he entendido.
Muchas gracias por tu magistral clase a domicilio.
A mí me interesaría aprender caló, ¿me enseñas?
Un beso, MAESTRO, que no es lo mismo que "un beso maestro sin coma.
¡Lo que estoy aprendiendo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguimos aprendiendo... Gracias, Juan.
ResponderEliminar¡A LOS MUY BUENOS días tengas, Juan! Pues he aquí que me reitero: si merece un aplauso ese homenaje a esa parte de nuestras tradiciones, no lo merece menos tu manera de contarlo. ¡CHAPEAU!
ResponderEliminarMuy buen finde tengas y un abrazote de nuestra parte para vos y familia!!!
Preciosa entrada... Me ha encantado.
ResponderEliminarAprendiendo contigo sobre el flamenco :)
Muchos besos, JUan.
Tu erudición es un regalo para los amantes del flamenco, aún para una simple aprendiza como yo.
ResponderEliminarChapó para la terminología. Saludos.
Ya que estás hablando de cante flamenco te paso esta noticia que une el cante y la cárcel, es curiosa.
ResponderEliminar"Buenas, soy Emilio Calatayud. En verano, y durante un mes, me toca ejercer de juez de Vigilancia Penitenciaria -compatibilizo es cargo con mi juzgado de Menores- para que el titular de la plaza, mi buen amigo Pedro Joya, pueda cogerse las vacaciones. Llevo haciéndolo durante años y es una experiencia muy interesante. Un juez de Vigilancia Penitenciaria concede o revoca libertades condicionales a los presos adultos, resuelve sus recursos, autoriza salidas del presidio, atienden quejas… Es verdad que se cuenta con los informes de la junta de tratamiento a la hora de dar un permiso o una libertad condicional, no es como tirarse al vacío sin red. Yo, además, lo consulto todo con Pedro Joya, que es el que más sabe. Pero, claro, dejas salir a un preso y, hombre, la duda sobre si volverá siempre está ahí… A mí no se me ha escapado ninguno (no tiene mérito, estoy poco tiempo). Al contrario. Una vez le di un permiso a uno para que participase en un concurso flamenco y lo ganó. Salimos ganando todos: él, en primer lugar, luego la justicia, el sistema penitenciario y el arte jondo."
Un abrazo.
Hola Juan L.T;: ja te dije lo poco que së de flamenco, así que te agradezco mucho esta nueva lección magistral, que admas de la palabra lleva tambien la música , He escuchado tu disco y me ha llamado la atención el rasgueo de la guitarra, limepio y sonoro . La voz no puedo juzgar al no tener referentes. Gracias amigo, y después de la soleá y la seguiriya, ¿que viene? y entre todos ¿cuañ es el cante más hondo? un abrazo fuertei
ResponderEliminarMuy ilustrativo Juan: El flamenco poco o nada se conoce de él en mis tierras. Me pregunto si hay que buscar en la música "común denominadores" o si es mejor destacar las diferencias como valor: diversidad e interculturalidad. Un abrazo mi amigo. H.
ResponderEliminarAl faltarme tanto vocabulario, me dejo mecer por la voz, por la música... y disfruto.
ResponderEliminarGracias, Juan.
Un beso
Me ha encantado. Las bases sobre las que se sustenta el flamenco, ni más ni menos. No tenía ni idea de la importancia de estos sones, de ritmos o palos para el mundo del flamenco.
ResponderEliminarUn gusto haber leído, de tal culta escritura, un poco de la historia y la base de ese cantar-sentir de buena parte de Andalucía. Un saludo