NOS
HACE FALTA OTRO JOSÉ MENESE
Para Emilio Manuel, otro “disconforme”,
con la certeza de que esto “le
suena”.
Hubo un tiempo en el
que maldecíamos a los tiranos. Días tristes, llenos de historias de pájaros sin
alas, de amaneceres color ceniza, de penas frías sepultadas en el pecho hasta
la empuñadura.
Era un tiempo gris y
con aristas, en el que cada pedazo de pan costaba ríos de sudor y cada libertad
un bastante de sangre y sacrificio.
Tiempo de tapias
manchadas de rojo, de cunetas sobradas de cardos y faltas de epitafios. Un
tiempo negro de cipreses, amordazado y turbio, con la turbiedad avinagrada de
una resaca de sal y calaveras.
Hasta las flores
ofrecían su color y su perfume, con la mansedumbre del que nada espera y nada
tiene y la luna se rompía en sangre cuando el día vomitaba madrugadas.
En este tiempo de que
hablo, ni siquiera nos quedaban los poetas. Estaban amordazados, mudos,
silenciosos a falta de la preciada rima
de la libertad.
A mediados de los años
60, cuando todavía las rejas estaban faltas de claveles y sobradas de puños, un
hijo de zapatero y un poeta y pintor de Cazalla de la Sierra, dijeron, ¡basta
ya! , enseñando al mundo la triste realidad de una España edificada con muros
de cal viva y sangre.
José Menese con su
cante poderoso y Francisco Moreno Galván con sus letras reivindicativas, supieron alzar sentimientos y voz flamenca, donde lo normal era el silencio.
El cantaor, sabiendo
de lo que hablaba: a un tío suyo los nacionales se lo llevaron “de paseo”, por
esa triste avenida de donde nunca se vuelve.
Ya habían dao las doce
cuando lo sacaron,
ya no son blancas las blancas paeres
donde lo mataron.
José Menese, un grande del flamenco,
fue el primero en llevar este cante al Olimpia de Paris y el que supo
“revolucionar” las Aulas de las Universidades y los Colegios Mayores, gritando
con “quejios” de dolor y rabia la triste realidad de un país sin futuro ni
esperanza.
Los tiempos han cambiado, pero no tanto como creíamos.
Ahora tratan de quitarnos algunas cosas que creíamos inamovibles y hemos
vuelto a un hambre cierta y subterránea que no pueden disimular ni las
encuestas ni los anuncios coloristas de la tele.
Mi pare y mi hermano Diego,
zapateros como yo.
Y en casa de zapatero,
descalcitos andamos tós.
Las lindes del olivá
son anchas pa los Don Mucho
y estrechas pa los Don Ná.
¿No estaremos
necesitando de nuevo que flamencos y cantautores, vuelvan a removernos las
conciencias y empecemos a barbotar palabras de rabia y ansias de justicia?
Que la Virgen nos ampare,
que ahora cuidan el rebaño,
con los mismitos, mismitos collares,
los mismos perros de antaño.
Evidentemente la respuesta a la pregunta es SÍ.
ResponderEliminarUn abrazo.
A el le he escuchado muchas veces. Le cantó hasta a Lope de Vega y no hace mucho que murió. Supongo que a Emilio Manuel le encantará tu entrada. Un abrazo
ResponderEliminar¡Sí señor!
ResponderEliminarImposible estar en desacuerdo contigo exponiendo esas verdades como estadios de fútbol.
Cuando falleció, no hace mucho, le dediqué una entrada y añadí el video éste...
Te has ganado un manojo de abrazetes.
Juan, que quieres que te diga, MUCHAS GRACIAS, en cuanto a lo de "disconforme", es verdad que lo sigo siendo, solo que ahora desde la retaguardia, si te digo la verdad, viendo lo que hoy veo, en mis buenos tiempos hubiera sido más radical, no me gusta lo que veo y como bien dices debería haber más Meneses; la derecha o, lo que es lo mismo, el capital se lo han sabido montar y los distintos gobiernos han puesto los parches para sedar a la ciudadanía. ¿Hay cantantes protesta hoy?, si los hay, apenas se escuchan en las emisoras -son del capital-, y si son demasiado protestones, sean cantantes, actores, gente del arte o simplemente gente que protesta por reivindicar sus derechos, se los llevan directamente a prisión o les ponen una multa de "cagarse" el capital se lo ha montado muy bien y la justicia es el brazo de ese capital, basta ver las sentencias últimas.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
Entre tanta tristeza que fuerza adquiere tu poesía...
ResponderEliminarTodo lo que tocas lo conviertes en belleza poética.
Muchos besos.
Las letras cantadas por él siempre me ponían los vellos de punta, en unos tiempos en los que no había mucha libertad de opinión.
ResponderEliminarEspectacular entrada, y muy cierto lo que en ella se dice; nos hace falta mucha gente con el coraje y el talento, de esta figura del flamenco. En resumidas cuentas y hablando claro, en este país lo que nos está haciendo falta hace muchos años ya, es gente con más cojones.
ResponderEliminarAbrazo JUAN.
Hacen falta, ya lo creo.
ResponderEliminarBesossss
Precioso homenaje, Juan, como siempre. Yo creo que los cantautores tuvieron su época, hoy sonarían "antiguo". Hay más libertades, aunque aún existen artistas que son llevados a los tribunales por el hecho de discrepar de ideas, regímenes o tipos de Estado "oficiales". Un abrazote.
ResponderEliminarSin duda, un artistazo.
ResponderEliminarUn saludo