La música acaricia
lentamente
y lentamente la piel
se aterciopela,
la brisa de la noche,
en duermevela,
hace que el mar se
amanse dócilmente.
Ya no queda pasado ni
presente
y el futuro en
arpegios se rebela,
en el cielo se cosen
lentejuelas
y lo oscuro se hace
transparente.
Le pones diapasón al
desencanto,
-mi corazón bien sabe
de qué hablo-
y le marcas al latido
su armonía.
Tu cierras la tristeza
a cal y canto,
convirtiendo en un
ángel al diablo,
mientras dictas un
himno a la alegría.
He venido a tu blog a otros menesteres y viendo nueva publicación me he quedado a leerla, la música después de muchas de tus composiciones ya la escucho diferente, me suenan versos y la visualizo. El poder la la música de mano de un maestro enamorado. Un abrazo Juan
ResponderEliminarLa vida sin música es menos vida. El canto de la presencia ante del mar, de mejora, se idealiza o se reafirma ante una sinfonía encantadora.
ResponderEliminarPrecioso post. Un abrazo
Hola Juan, la música es algo que no debe faltar en la vida de nadie, en la mía siempre me acompaña, como suele decirse la música amansa las fieras:), precioso poema y me encanta la imagen, es preciosa.
ResponderEliminarBesos.
Escuchar la 9ª SINFONÍA DE BEETHOVEN una noche junto al mar, con una buena compañía, tiene que ser algo sublime.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que esa música despierta los sentidos.
ResponderEliminarUn placer leerte Juan.
Feliz jueves.
Abrazo
Tan bello.
ResponderEliminarLa música nos eleva, despierta emociones silenciosas y bien lo trasmites en tu soneto. Un placer recrearme en tus escritos y en tus pinturas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acaso hay mayor placer que escuchar la 9ª de Beethoven junto al mar?
ResponderEliminarPrecioso acercamiento a esa maravilla.
Un abrazo.
La música nos alimenta el alma, aunque cuando la vida te pega duro duele escucharla, como me pasa a mi ahora. Feliz jueves
ResponderEliminarSuena tu poema a himno... es precioso.
ResponderEliminarAbrazos
Precioso soneto y sentido, me encantan.
ResponderEliminarEl mar, la imagen de la noche y el mar, es divina. Las lentejuelas del cielo, una figura preciosa...
Es bonito dictar el himno a la alegría, a pesar de todo, aunque veces sea dificil sentirla...
Una maravilla. Muchos besos, Juan.
ES tan bonita la imagen que has colocado que me parecía estar oyendo recitar la poesía con la música que salía de la imagen.
ResponderEliminarCon sólo imaginnar ya es sublime...no puedes enmarcar mejor tu precioso poema, Juan.
ResponderEliminarUn besillo.
En una noche oscura, caminando por río que se curva,
ResponderEliminarcuando todo empuja hacia el aullido
va y me topo con esta exquisitez.
Hallo la luz.
Tu soneto nos muestra con claridad, cómo la música, en este caso, nos impulsa hacia el futuro con esperanza y alegría...Una preciosidad inspiradora, Juan.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz fin de semana, amigo.