Los pájaros en la mañana,
traen a los balcones recados de vida.
La brizna precursora del nido
que será refugio de familia y gozo.
Mensajes de libertades
prendidos en la voluntad de sus alas
con ansias de conocer todas las rutas,
aprovechando la alegre facilidad del aire.
Sonido iniciático de trinos
que nacen al compás de luminosas claridades,
que invitan al amor, el abrazo y la risa.
Si, como yo hago esta mañana,
miráis con ansia al horizonte,
podréis leer en el cielo,
escrito con gráciles aleteos
los trazos de la más bella palabra jamás soñada:
¡!! Libertad!!!
Me gusta como suena ese grito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los pájaros son la libertad por antonomasia. Da tanta pena verlos en jaulas...
ResponderEliminarSAludos.
En los tiempos que corren, es bueno clamar a los cielos esa palabras que a muchos no les gusta, LIBERTAD.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coincido contigo en catalogar a la palabra libertad como tú lo has hecho, pero soy incapaz de verla escrita en el cielo y en la tierra...¡ni te cuento!
ResponderEliminarY cuando despiertas con el canto de los parajillos es mucho más bonita la libertad, :)
ResponderEliminarAbrazos.
Los pájaros vuelan al cielo y regresan a la tierra a descansar sus alas, la libertad necesita alas para recorrer el mundo, dar la vuelta a la tierra sin descansar. Un abrazo
ResponderEliminarHermosas palabras amigo Juan.....Los pájaros los prefiero en libertad y que sus cantos alegren mi alma. Aveces imagino ser pájaro y, volar y volar..... Saludos.
ResponderEliminarSí, creo poder leer esa maravillosa palabra casi tapada por la "boina" de contaminación :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Puedo ver tus aleteos en el horizonte, Juan...Tus letras se han soltado en el aire y nos dejan un bello gorgeo de esperanza, que se agradece mucho...Te acompaño en esa libertad, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo.
Los trazos de esa bella palabra son los que buscamos todos para seguir su rastro.
ResponderEliminarUn abrazo.
La otra mañana vimos una bandada de pájaros volando, reflejos del sol y la luna llena cómplice en el cielo. Fue un verdadero espectáculo... Precioso, Juan
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