UNA
PEQUEÑA HISTORIA COTIDIANA
(Microrrelato)
Les
gustaba el barrio, el edificio parecía de buena construcción y las
comunicaciones eran excelentes, pero aquella pareja, que miraba desde la
esquina, terminaba, como todas las tardes, por alejarse cogidos de la mano,
rumiando su tristeza.
Habían
ahorrado, seguían retrasando la salida de casa de sus padres, habían hecho
horas extraordinarias mal o no pagadas, hacían sus arrumacos en el coche casi
desvencijado que compartían, pero volvía a repetirse esa vieja historia de
impotencia y rabia.
Mientras
la tarde les resultaba tan fría y desagradable como otra cualquiera, entre las
noticias del día, la gran banca comunicaba que sus ingresos habían crecido un
12%, a los ya sumados en el año anterior.
A
pesar de todo, se trasmitieron amor cogiéndose de la mano, mientras miraban a
un pobre viejo, que preparaba su cama de cartones, en el habitáculo de un
cajero automático.
Triste cotidiana realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tan cotidiano y real. La banca siempre gana, dicen, pero hasta qué punto por Dios. Los cajeros acogen a gente que estuvo en el sistema y éste les echó, tal cual
ResponderEliminarUn abrazo y porque tu texto puniera ser simple ficción. Tenemos a los hijos en las casa hasta la edad de ser casi abuelos, por favor, qué tiempos
Mira, no me hables de las ganacias de los bancos, porqué me ponen negra. Ladrones. Se los repartiran
ResponderEliminarentre los cuatro gordos y cuando venga otra crisis, tendremos que pagar entre todos, los platos rotos.
Su desfachatez no tiene nombre. Si por lo menos no se jactaran de ello, procurando que no se supiera,
pero nó encima lo publicitan. Un abrazo enfadado son los dueños de la nación. A ti te lo mando con mucha simpatía.
Ganan y el dia que dejen de ganar perderemos nosotros. Hay un banco el Santander que ha abierto en algunas de sus oficinas un Work café, puedes sentarte a merendar, usar su Wifi, hacer gestiones o no y no necesitas ser cliente. Es una manera más de atraparnos con diplomacia. Un abrazo
ResponderEliminar¡No te digo nada porque está todo dicho!! Y no te digo lo que me dan ganas de hacer con el banco.
ResponderEliminarBesosss
Unos tanto y otros tan poco o tan nada, !que vida!
ResponderEliminarUn abrazo con esperanza de que alguna vez esto cambie.
Monotonía a tope. ¡qué pena!
ResponderEliminarComparto lo que expresa nuestra amiga Montserrat Sala, lo clavó, jeeeeeeeee...
ResponderEliminarNo añado más por estar feo decir palabrotas, jaaaaaaa...
Es una realidad triste, triste y requetetriste ¡Reecórcholis!
Besos.
Microrelato? Microbiografía de una pareja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si miras atrás siempre se encontrará a alguien que está en peores condiciones que uno, desgraciadamente y como dice el refrán, mal de muchos consuelo de todos (tontos).
ResponderEliminarUn abrazo
Realismo, cotidianidad y buena escritura todo ese junto en tu relato.
ResponderEliminarContrastes del día a día, puro y duro pero real como la vida misma.
ResponderEliminarSaludos.
Escuchaba ayer una noticia en la que hablaban del desfase en la construcción de pisos, que en ciertas ciudades ya hay el doble de pisos que habitantes. La locura es que la mayoria de esos pisos esten vacios, o se utilicen como pisos turisticos mientras las personas (la vida) no pueden emanciparse o viven tapados por cartones. Muy buena entrada y que dice mucho. Besos.
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