Hay
veces que sacándole bandera blanca a la tristeza,
necesito
del calor punzante de una “seguiriya”,
para
decirle a esos entresijos que tiritan
que el dolor es tan gris como la pena,
que
en la dura belleza de un “quejío”,
existe
un compás que nos redime.
Y
cuando esto ocurre,
noto
que el corazón se desahoga,
e
irremediablemente,
las
lágrimas también se suman a la “fiesta”.
Será
porque en ese cante,
se
dicen muchas cosas de mi vida.
¡Algunas,
que hasta yo desconocía!
Es cierto que el cante hace aflorar nuestros más íntimos sentimientos, como si se uniera nuestra pena a su compás hasta hacernos arribar a buen puerto. Entonces ya nos podemos bajar de ese barco de las penas para retomar nuestra vida con alegría. Un abrazo
ResponderEliminarHay cantos tan hondos y tan sentidos que alivian el alma y la vuelven liviana.
ResponderEliminarPrecioso, Juan.
Mil besitos y feliz tarde.
... Y la piel de gallina. :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Algo tiene ese cante que hace vibrar hasta a los que no lo entendemos demasiado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bien te entiendo.
ResponderEliminarUn beso
Un cante que estremece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bien sienta dejar rodar las lagrimas que nacen de una seguiriya, cuanto dice y cuanto nos descubre. Otra vez mas has conseguido crear una entrada magnifica. Abrazucos
ResponderEliminarProfundo tu canto en letras amigo Juan. Saludos.
ResponderEliminarEl flamenco es un sentimiento tan profundo y emotivo que te atrapa para los restos de tus días, (algo así decía Silverio)...
ResponderEliminarUn beso.
Soy una ignorante, pero un cante que nos habla, que expone lo que sentimos, es una gozada.
ResponderEliminarUn abrazo
Es la capacidad que tienen ciertos cantes, que te muestran lo que tu no quieres ver.
ResponderEliminarUn abrazo
Bom dia Juan. Música e letra tudo perfeito.
ResponderEliminarFíjate que no soy muy entusiasta del cante, pero me has emocionado.
ResponderEliminarUn abrazo, Juan.
y que bien cuando el canto saca todo eso que tenemos en el interior, lo reflota y puede ser risa o lagrimas...todo sirve para limpiarnos por dentro ...esa exteriorización del sentimiento profundo,,,hermoso poema y canto... belleza... saludos!!!
ResponderEliminarHay canciones que sirven de "catarsis" nos curan y nos redimen, como hacían los antiguos griegos en el teatro. Lo has expresado de maravilla y has soltado "tu tristeza" en tus hermosas y profundas letras, Juan.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tus buenas entradas.
Ha merecido la pena adelantar la vuelta sólo por admirar esta obra de arte que has hecho, empezando por la imagen desgarradora que permite escuchar el quejío que sale de la garganta del cantaor: la boca, la mano... ¿quién es?
ResponderEliminarY tus palabras que tienen alma propia y llegan a erizar la piel y a humedecer los ojos, porque describes a la perfección lo que esas letras flamencas, a veces denostadas, dicen verdades como puños que todos reconocemos en nuestra trayectoria vital.
¡Ole tú, Juan, ole tú!
Hay mil formas de soltarse, y cada quien encuentra la más liberadora donde refugiarse. Palabras con vuelo que llegan con potencia y sentimiento. Un abrazo
ResponderEliminarEsa dura y a la vez cálida belleza... Lo comprendo; es como si saliera nuestro corazón por la boca. Y al salir, aunque sea con sangre... vuela.
ResponderEliminarSincerísimo.