VENGANZA
(Microrrelato)
Se empeñó en escribir
un microrrelato, con motivo del Día
del Libro.
Lo intentó durante
varios días y sus noches y no consiguió ninguno que mereciera la pena. O no
tenían la concreción necesaria, o estaba llena de superfluos adjetivos, o
necesitaba muchas más palabras para explicarse.
Lo que en verdad no
sabía, es de la venganza de las cuartillas que usaba.
Venían del reciclaje
de los libros, que un tiempo atrás, había tirado en el contenedor de papel y
cartón.
Jajaja, ¡qué bueno!
ResponderEliminarDeberíamos pensar antes de tirar un libro al contenedor del reciclaje, existen muchas bibliotecas colegios rurales, etc que serían felices dándoles nuevos lectores a esos libros
.
Un fuerte abrazo
No te creas que es tan fácil Tracy, creo haberlo comentado en mi blog, en su momento tuve que hacer tabla rasa con mi biblioteca, era cuestión de espacio, o libros o nosotros, optamos por nosotros, quise darla a ONGs su propuesta venderlos y hacer dinero, quise llevarlos a bibliotecas públicas de mi ciudad, no aceptaban donaciones, al final y gracias a mi cuñada, profesora de un instituto, le entregué un centenar de libros para la biblioteca del cole, el resto, los he ido dejando en bancos, portales, e incluso bien colocados en los contenedores, luego pasaba a verlos y ya no estaban, me imagino que algún alma caritativa los vio y se los llevo a casa para disfrutarlos.
EliminarSaludos
Sensacional, buenísimo, ¡qué original! Una venganza perfecta. Y al autor no le sobra ni una letra...;)
ResponderEliminarUn abrazo :)
Donde las dan las toman. :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Una querida amiga se enoja conmigo cuando me deshago de los libros que no tienen interés para mí, dándolos a alguna institución o dejándolos simplemente en una bolsa en el cuartito del pasillo, a un costado del tacho de desperdicios. Es una gran satisfacción cuando veo que alguien los llevó antes de que pase el encargado a recoger la basura. Y es que mi amiga es adoradora de sus libros, vigila bien a quién los da, no sabe que el que los encuentra, encuentra un tesoro y que si se pierden en el contenedor volverán como los de tu relato, un abrazo Juan!
ResponderEliminarMira! Estamos sincronizados. A mi tambien se me dio hoy por escribir un relatillo
ResponderEliminarEl recoclaje es lo que tiene,cambios en todos los sentidos.En ese caso las cuartillas ya no eran las mismas,ya no eran suyas.Los libros habían tomado buena nota del maltrato recibido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quería decir reciclaje y no recolaje.jajaja
ResponderEliminarSi mira al microscopio puede juntar algunas de las letras que estuvieran en ese papel reciclado y así concluir un buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bueno, que bueno. Como has sintetizado tanto contenido en tan poco espacio. Enhorabuena por ese micro .
ResponderEliminarGenial
ResponderEliminarQue pocos renglones para reunir el reciclaje, la imaginación, el arte del microrrelato, y el poder de la sorpresa. Un resultado magnifico. Abrazucos
ResponderEliminarMuy bueno, Juan. Los libros tienen alma, que permanece y no olvida el trato recibido...Todo lo que damos vuelve,o sea que tenemos lo que merecemos, ocomo decía nuestra inolvidable amiga argentina.
ResponderEliminarMi abrazo admirado y agradecido.
Llevo dos semanas sin sacar una entrada. Ahora lo entiendo todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buen microrrelato amigo Juan, corto pero lo justo, en pocas palabras lo has resumido todo. ¡Felicidades!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu buena intención de participar en tan buena causa amigo.
Un abrazo y te deseo buen mes de marzo.
Muy bueno, Juan. La venganza es un plato que se sirve muy frío. Me ha encantado.
ResponderEliminarMil besitos de martes.
jajajaj qué bueno!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado.
Beso grande.
PD. Me encanta la nueva cabecera.
Más pronto que tarde, las fechorías tienen castigo. ;)))
ResponderEliminarUn abrazo.
Boa tarde Juan, amei a matéria meu amigo. Amo meus 150 livros ou mais.
ResponderEliminarLa venganza está siempre cercana, hay que cuidar de la propia sombra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esos libros reciclados, dejando un amasijo de ideas que nadie puede salvar para otro cuento.
ResponderEliminarMuy bueno. Brillante. Un abrazo enorme
El error fue echarlos al contenedor de basura. Yo los suelo dejar con mimo en bancos públicos, jardines, etc. y alguien los recoge agradecido. Hasta ahora no se han vengado de mí :)
ResponderEliminarUn abrazo, Juan.
Pues no te diría que no. Cuando los saqué de casa, los que saqué, ya leídos, releídos y "superfluos", se los pasé mitad a la librera, estaban impecables, mitad a un amigo devorador de libros... Las tres docenas que me quedé, me sirven para poco. Si acaso un momento puntual. ¡La vida!
ResponderEliminarAbrazos Juan.
Abrazos Juan
juan me maravilla tu arte y los colores
ResponderEliminarEs media noche
Un abrazo
Que buen relato. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarBrillante micro, Juan!!
ResponderEliminarAbrazos