Fotografía del autor.
Las ventanas lloran su tristeza con lágrimas de lluvia en sus
cristales.
La mañana ha borrado de la paleta del cielo todos los colores,
dejando solo una gama de grises.
Los pájaros han cancelado todos sus vuelos, guareciéndose en el
seguro y caliente hangar de las marquesinas.
En las terrazas de los edificios, no aparece la ondeante blancura de
las sabanas, dejando a la vista una maraña de alambres oxidados.
Una gota tras otra, empiezan a componer la acabada sinfonía de la
lluvia.
Llueve y se nos anega el alma, llueve y caminamos cabizbajos,
perdiendo los contornos en los charcos, como si fuésemos extraños seres que
abominamos ahora, de la alegre materia que buscamos en los mares.
Llueve, pero bajo nosotros otra vida se prepara.
Un ejército de gnomos, elfos, duendes y diablillos, empiezan a
desperezarse con el sugerente sonido de las gotas y con canciones renovadas,
vuelven al trabajo tras meses de letargo.
Hay que abrir y orear los oscuros viveros donde dormitan las flores
nuevas, poner a punto los laboratorios, para que al finalizar esta sinfonía de
lluvia, se pongan a hervir redomas, cubetas y damajuanas, para destilar los
nuevos perfumes que nacerán en primavera.
Una sola gota, es capaz de poner en marcha el telúrico big bang, que
hace posible que con franciscana paciencia, vuelvan a ordenarse el amodorrado
ejercito de animales, insectos, larvas y todo aquello que hace posible que la
vida sea.
Un ejército de deidades menores, pero diosa al fin y al cabo,
empiezan a diseñar los intrincados bocetos con la que se consiguen que los
amores nazcan, mientras con pespuntes de luna y remaches de estrellas, se
confecciona la próxima colección de seducciones para primavera-verano.
Bajo nuestros zapatos mojados, el run run de un vigor nuevo, viene a
decirnos que sobra la melancolía y no vienen a cuento las tribulaciones.
Llueve, sí. Pero no hay que estar triste. Estamos asistiendo al
comienzo de una nueva vida.
Aunque pronto se haga de noche, no podemos olvidarnos de la risa.
No temamos mojarnos, la lluvia limpia.
ResponderEliminarSaludo
A las muy buenas cenas en preparación, Juan. Menuda foto más bonita, me encantan esos ocres y si encima está lloviendo y sumamos el olorcillo a tierra mojada, flipas. La segunda parte de tu post sintoniza con mi predisposición natural hacia la lluvia y tardes como esta de hoy tan maravillosas.
ResponderEliminarUn abrazo
Tu conclusión es perfecta , pero el ánimo se alicae cuando no sale el sol y además llueve.
ResponderEliminary por aquí tormenta.. sin duendes, eso sí jejeje
ResponderEliminarPor acá llueve mucho y me gusta...
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu visión es tal cual me gusta, tal cual la quiero ...siempre ver el renacer y el movimiento que no se detiene.
ResponderEliminarExquisitez de sentimientos lo que transmites,
Besos muchos
tRamos
Me gusta el olor a tierra mojada, sobre todo en verano. Y, por su puesto, el agua es vida :)
ResponderEliminarBss.
La lluvia ha sido gotas de diamante en tus manos. Has dibujaiado un día de lluvia tan hermosamente que no sé qué decir . Me he emocionado hasta tener la piel hecha pollo. Puede ser que se deba a mi estado emocional que anda bajito , como tus gnomos y duendes
ResponderEliminaraunque ellos siempre están alegres. Una belleza tu texto. Una ensoñación y el final que le diste es un broche de oro . "no hay que olvidar la risa"... Bellísimo Juan. Mi más sincera admiración. ¡Eres muy bueno en esto !
un abrazo.
Me voy hacia la calle donde llueve, hoy lunes. Me llevo la consigna de no perder nunca la risa.
ResponderEliminarTus palabras alientan, estimulan, dan ganas de salir, que aunque es primavera, los ciclos alterados, son desafíos a enfrentar y trasponer.
Un fuerte abrazo Juan y gracias...
Me hace muy feliz la lluvia y lo q has escrito es precioso. Seguro q las gotas acarician tu inspiracion.
ResponderEliminarAbrazo
Una joya es esta prosa poética, qué lindo escribis Juan, cada palabra se siente, llega y genera todo tipo de emociones.
ResponderEliminarLlueve, que corra el agua, algo nuevo traerá ese clima, me gusta ese optimismo.
Un abrazo!
En realidad creo que proyectamos nuestro ánimo en la lluvia, que es maestra en absorverlo.... Saludos Juan....
ResponderEliminar;))) Juan L. le cuento que me gusta la lluvia...¡¡Por unos días!! -Luego que salga el sol...;P
ResponderEliminarB7s
ResponderEliminarMe ha encantado tu prosa poética, esa lluvia que prepara la tierra para florecer en primavera… Preciosa y sugerente melodía la que hace la lluvia al repicar tras los cristales…
Un cálido abrazo Juan.