A MI AMIGO DIEGO

Hace ya casi una década, que escribía en otra bitácora llamada “La Coctelera”, gracias a la cual tuve la suerte de conocer a buenos amigos que me ayudaron en esta, para mí, desconocida aventura.

Entre ellos uno con el que compartí una amistad entrañable, Diego Siles, andaluz afincado en Cataluña, luchador de la vida, a la que con tesón y ganas, tuvo que arrancarle todo lo que terminó por ser.

Hace tiempo que no se de su vida y bien que lo siento, que siempre aprendí de todas sus experiencias. Con tanto trasiego de móviles, terminé por perder sus teléfonos y a pesar de escribir en blogger, hace tiempo que no lo sigo.

A pesar de su poco poética existencia, escribía sobre sus experiencias con notable cualidades literarias.

Un día me dijo que quisiera escribir un soneto, por el solo hecho de que su hijo lo recordara cuando ya no estuviese y me pidió que le dijese como podría hacerlo.

Le escribí este, que me ha aparecido en el fondo del Dropbox, cuando ya lo daba por perdido:                           

   A MI AMIGO DIEGO

Encontrar la belleza de las rosas,

darle a la palabra su cabal altura,

encontrar la imagen que asegura

la poesía que habita tras las cosas.

Persiguir un latir de mariposas

para darle prestancia a tu escritura,

buscando la ilusión, genio y figura,

de que sean las palabras más hermosas.

Ni prebendas, ni lujos, ni el reclamo

y triste relumbrón de corto vuelo,

buscas cuando encuentras la poesía.

Es tu solo placer y tu señuelo,

el poder conseguir que tu hijo un día

camine con la gracia de la mano.

Me gustaría saber de su vida y que me enseñara el soneto que espero ya le haya escrito a su hijo.