GOTA
Aquella
gota de lluvia se enamoró de la hoja
se
aferró a su nervadura y allí paso la noche,
reflejando
en las luciérnagas
el
brillo exacto de la luna.
Burló
el desprecio de la brisa
que
intentaba separarla
de
su amor recién nacido
y
se vistió de esperanza
tiritando con verdes latidos.
Y
llegó la madrugada
y
todo el amor guardado
en
su pequeño mundo acuoso,
desapareció
mordido
por
un joven rayo de sol
que
no sabía de amores.
Fue
solo una noche,
pero
la hoja guarda en su vientre
el
amor de aquella gota
que
murió cuando el sol nacía.
¡Y
todavía tiembla, recordando su caricia!
Cuántos amores nacen y mueren dejando huella, hermosos tu pintura y el poema, Juan, un abrazo!
ResponderEliminar¡Qué bonitooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo, Juan!
ResponderEliminarSólo una noche, sólo una gota de amor, pueden hacer el milagro.
"Y todavía tiembla, recordando su caricia!" Un precioso colofón.
Te mando un abrazo de Jueves.
La de amores que son como esa gota, que alegra la vida de la hoja, tan viva como el recuerdo imborrable.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Quién tiembla la hoja o la chica?, las metáforas me cuestan trabajo entenderlas. :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
No por breve es menos intenso.
ResponderEliminar¡Genial!
Un abrazo.
UN precios poema Juan ¡Genial! he disfrutado leyendo.
ResponderEliminarCuantos bellos amores de una noche amigo.
Un abrazo.
Me da envidia tanta inspiración. Y lo sabes.
ResponderEliminarMi abrazo Juan.
Eres capaz de escribirle a cualquier cosa, una noche de amor y ya es eterno, Realmente hermoso Juan. Un abrazo
ResponderEliminarUna sola gota crea una obra de arte en tu pluma, maravillosa poesía, me dejas pasmadita ¡Oleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé!
ResponderEliminarBesos.
Oi meu amigo Juan, amo todos os seus escritos, parabéns.
ResponderEliminarEse amor... duró lo suficiente hasta convertirse en eternidad. Qué bonito, Juan... me voy encantada. Gracias.
ResponderEliminarMil besitos para ti.
Yo también tiemblo de emoción al imaginar a esa gota :)))
ResponderEliminarGenial, Juan.
Un beso.
Que bonita poesia tan dulce y de una ternura encantadora.
ResponderEliminarLa magia de tus versos dibujaron en mi esa pequeña gota que se evaporo al amanecer dejando su huella.
Te felicito Juan!!
Besos
He leído vuestros comentarios y se me ha escapado una lagrimita. Sois unos amores.
ResponderEliminarBendiciones y besucos
Gó
¡¡Que belleza!!
ResponderEliminarHa sido un gusto leerte.
mariarosa
Hermosas palabras colgadas de gotas de agua.
ResponderEliminarTe deseo un corazón feliz.
Saludos
Que hermoso es el amor, amar, un poema precioso amigo Juan. Saludos.
ResponderEliminarun artista eso es
ResponderEliminarlo que eres
felicitaciones para vos y tu mujer
Precioso.
ResponderEliminarBueno, qué maravilla... Fíjate como los poetas vemos casi lo mismo. Escribí sobre una gota de rocío sobre un pétalo hace casi 10 años, y ahora veo mi vivencia, con tus ojos y en un poema, mucho mejor, pero que en esencia es casi lo mismo... Gota sobre una hoja...
ResponderEliminarHasta el final lo pensamos igual... ¿A que es increíble? Tú le das un toque más tierno, más delicado.
Un abrazo y felicidades por esta exquisitez
UNA GOTA, UN PÉTALO
Una gota de rocío
condensada,
naciendo sobre un pétalo
se redondea, se hincha y crece
hasta reflejar la faz redondeada del mundo.
Su inmenso orbe de moléculas descansa en equilibrio
sobre un pétalo rojo.
El sol le suma vida, la hace brillar,
pletórica,
reflejo de mares insondables,
inmenso espejo entre la bruma.
Y el mismo sol
le quita luz,
le resta, poco a poco,
el agua, su sonrisa de cristal.
La va secando
sobre la quietud roja
del pétalo.
Un pequeño esqueleto mineral
es lo que queda
de la gota muerta;
una huella de lo inconcebible
marca la piel roja del pétalo,
su solitaria carne atardecida.
Aquel pétalo ya no es el mismo,
y ahora
se mece
cada madrugada,
ansioso,
esperando.
*
:)
Ohhhh!!! que delicadeza, me ha encantado. Sí ya sé que los maestros dicen que eso no se debe decir de un poema pero es que es la verdad. Que maravilla de poema. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juan, me encantó tu poema, amigo. Las gotas de lluvia vienen a dar vida y amor. La hoja fue consciente de ello y a pesar de que el sol la secó, sigue recordándola con cariño. Impresionante cómo se parece el mensaje de tu poema y el que nos deja Volarela. Habéis tenido la misma perspectiva poética y la misma profundidad espiritual.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño por esta preciosidad, amigo.
Vaya originalidad en esos amores, no es muy común abrir una rendija para conocer qué cuitas tienen las hojas, con qué se emocionan sus nervaduras, adonde van a parar sus rosadas o qué provoca sus temblores.
ResponderEliminarMuy bueno, Juan L.
Juan, leyéndote me he sentido hoja de cualquier árbol de mi "secarral" murciano y no veas cómo me has emocionado. El amor hoja-gota por estos barrios dura "lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks", que diría Sabina. El Sol pronto sorbe celoso ese culillo de agua. Pero la hoja sabe que el "nublo" de septiembre llegará y volverá a traer nuevas y efímeras gotas enamoradas.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
El amor fugaz plasmado en esa hoja y su gota de lluvia que la noche arropa y mantiene,hasta que sale el sol e inevitablemente la seca y desaparece.
ResponderEliminarBonito poema.
Un saludo.