Aquel hombre, siempre
estaba dispuesto al abrazo.
Nunca pudo explicarlo,
pero al final se supo que sufría la agonía de no saberse querido y aquella
manía de abrazar, era una forma, como otra cualquiera, de matar el desencanto.
En los últimos tiempos,
tan plagados de falta de tiempo y desamores y tan sobrados de luchas y
personalismos, notó que cada día le sobraban más abrazos de los que podía fabricar.
Ni siquiera en las
rebajas, fue capaz de reducir su stock, aunque sus abrazos siempre fueron de primera
calidad.
Un día, cuando el
verdadero otoño acudió a su cita y la primavera, apagó sus colores y contuvo
sus sonrisas, falto de cariño y sobrado de deseos, acepto el abrazo que le ofreció,
una soga encontrada en un rincón olvidado y sombrío de su tristeza.
Muy triste, es de esas imágenes que duelen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy triste final para alguien que está sobrado de algo que tanto necesita este mundo. Son malos tiempos para los abrazos
ResponderEliminarBesos
El 21 de enero es el día del abrazo, hasta a eso hemos llegado y está bien, fuera de esa fecha, incluso en esa fecha te pueden denunciar por acoso. Cada vez estamos más solos y tristes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parábola de los terribles tiempos que vivimos.
ResponderEliminarUn abrazo (nunca mejor dicho).
Unos días "apartado" del mundanal ruido, ingresado, nada serio, me ha permitido apreciar dos cosas, cuando menos.
ResponderEliminarLa primera es que en los hosiptales entre el personal y los ingresados no hay "hombres" y "mujeres". Y por lo tanto no esas reglas entre géneros. En el mejor sentido de la palabra.
El personal del hospital, femenino en su mayoría, el que interactuaba conmigo y con el resto de ingresadas/os, jamás percibí en él mirada o trato alguno que no fuese el extraordinario vínculo de enferera/o, médico/paciente.
Fuera del hospital cada quien será lo que sea, y se ahí su comportamiento, pero dentro, el trato personal/paciente es, por un lado, natural, pero a su vez destaca la gran humanidad, sensibilidad y entrega que profesan en los más mínimos detalles. ¡Todo un regalo!
La seguna apreciación fue, es, constatar la diferencia entre ser una persona que vive sola o en familia...
O dicho de otro modo. ¡Falto de quien pueda abrazarte!
¡Ojo con esto! No siempe fue así en tu vida... Trabaja para que no llege a darse!
Buen relato el tuyo, amigo. Y lograda imagen la que reside tu blog.
Gran abrazo Juan.
Triste final para quien dió tanto! Un abrazo Juan!
ResponderEliminarDesgarrador colofón a un precioso relato.
ResponderEliminarAunque tú no puedes estar necesitado de ellos, vaya también mi abrazo para ti.
Qué triste debe ser sentirse falto de abrazos. Nadie debería pasar por eso.
ResponderEliminarUn relato, como casi todos te han comentado, con un final muy triste. Hay personas que necesitan un abrazo y hay otras que no encuentran a quien darle ese abrazo. En ambos casos muy triste.
Yo te mando un gran abrazo.
Un desgarrador final para una triste historia que desgraciadamente ocurre más a menudo de lo que pensamos aunque no se llegue a ese tremendo desenlace. Pero me ha gustado mucho porque rezuma ternura y poesía, envolviendo una cruda realidad .
ResponderEliminarTal como está la cosa tenemos que aprender a abrazarnos a nosotros mismos, incluso a pedir un abrazo, a quien se sabe que se le puede pedir, si se necesita. Un abrazo bien dado nunca está de más y nunca hay que avergonzarse de pedirlo.
Tú no los necesitas, ni los tienes que pedir, porque aquí estamos nosotros para dártelos.
Ahí llevas el mío.
Triste final para un solitario de abrazos y ternura. hermoso relato.
ResponderEliminarmariarosa
Ay Juan, qué hermosas pinturas y qué relato más emotivo, con un final, eso sí, muy dramático. Besos amigo mio :D
ResponderEliminarA los que nunca nos han faltado los abrazos nos es difícil -al menos a mi- ponerme en situación, pero si puedo comprender.
ResponderEliminarCreo que la vida sin abrazos -un abrazo de verdad lo contiene todo- se vacía, y un cuenco vacío si se cae, se rompe más fácilmente.
Qué bonita Juan la fotografía que preside tu blog!!!
Un abrazo de verdad para ti.
Durante el covid, nos prohibieron abrazarnos. Y mucha gente preguntaba... "¿abrazarse? ¿y eso qué es?"
ResponderEliminarPor desgracia, cada vez nos tocamos menos, nos besamos menos, nos abrazamos menos. Somos como coordenadas asintomáticas, rostros inexpresivos.
Un abrazazo, Juan.
Lo he leído y me quedo muy triste, tanto que duele...
ResponderEliminarLas pinturas son para enmarcar.
Un beso.
Qué importante es el abrazo, la emoción de sentirnos unidos unos con otros, Juan...La inteligencia emocional es sumamente importante, ya se le está dando la importancia que merece en los colegios. Aprender a gestionar soledades y sentimientos era una asignatura pendiente y silenciada. Hay que hablar de sentimientos y mostrarlos para una una buena salud física y mental.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido, amigo poeta.