Aquel niño lo preguntaba todo.
Estaba en esa edad,
en que su vida entera era una repetida interrogación.
Un día le preguntó
a su abuelo:
.- ¿Qué significa
morir?
El abuelo, mirando
a las brasas de la lumbre, le contestó confuso:
.- Aún no lo sé.
Estoy tratando de aprenderlo.
Sin duda ese abuelo era un filósofo, un gran filósofo.
ResponderEliminarComo tú.
Un fuerte abrazo, Juan.
Ver como se apaga el fuego y no poder contarlo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Juan me encantan tus trabajos, me imagino que te llevarán tu buen tiempo.
ResponderEliminarEn cuanto a ese abuelo, como dice Tracy, tiene que ser un buen filósofo.
Saludos.
En un ejercicio de imaginación, amigo, mirando la lumbre de tu imagen, y recordando cierto poema de Machado en el cual los mayores de la casa, junto al fuego estaban atentos a posibles pisadas en la nieve que su hijo, pródigo, pudiese producir al volver a casa, diré...
ResponderEliminarUna buena chimenea encendida o lumbre en cualquier lugar, es un buen ambiente para el sosiego y, llegado el caso, la reflexión.
Morir, partir, etc., tiene muchos significados. Cada quien el suyo. Antonio, mi vecino de anterior vivienda, según su esposa, le tenía "terror" a eso de acabar en un hoyo. Y dicho así, no me extraña.
Para otros será una incógnita, como parece el caso. Otros lo "entenderán" como un proceso de vida... Donde ésta no se acaba por cambiar de "contexto"... (Cierto que le viejo abrigo y la bufanda haciendo juego se quedan aquí. Tal cual el cuerpo de uno)
Hoy aquí! Mañana al otro lado de una puerta que se abrió... y se cerró. Y donde los valores tenidos hasta ese momento, aún los más sagrados, los más familiares, empiezan a dejar de ser... ¡Y surgen otros! Y...
Amigo Juan, tal vez volvamos a coincidir en otra de las vueltas y vueltas que habremos de dar todavía en este mundo. :))))))
Abrazos.
Bella respuesta.
ResponderEliminarEs una sabia respuesta, la del abuelo. Creo que morir debe ser algo importante, porque (atento a la "minucia") nos lleva toda una vida conseguirlo Quizás se trate de devolverle al cosmos la vida prestada. Para mi, una experiencia (la vida, que incluye la muerte) cuyo propósito nos es desconocido por mucho que las religiones pretendan saberlo. Alguien dijo que solo se trataba de una broma cósmica. En cualquier caso, sigamos aprendiendo, vivámosla con intensidad, no preocupándonos innecesariamente de aquello que es inevitable.
ResponderEliminarSiempre sabias las respuestas de los abuelos; a la pregunta ¿Por qué hay que morir? del pequeño Luis otro abuelo respondió: La muerte es imprescindible para vivir. Un abrazo Juan
ResponderEliminarEs una de esas preguntas a las que es mejor tardar en encontrar la respuesta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las preguntas que hacen los niños, eternos curiosos, son a veces difíciles de responder. El abuelo le dio su mejor respuesta, que el niño comprenderá algún día.
ResponderEliminarBonito y conmovedor. Un abrazo.
ResponderEliminarUna respuesta muy sincera la del abuelo. Una pregunta difícil de responder y en la que creo que influye mucho el momento de cada uno. Un beso, Juan.
ResponderEliminarEs raro, veo que se publica mi comentario y al volver ya no está. Blogger hace de las suyas!
ResponderEliminarSabio el abuelo, preciosas las imágenes, un abrazo Juan!
Prudente y sabio ese abuelo!
ResponderEliminarUn abrazo
Los abuelos son tan sabios, cariñosos, pacientes y cómplices que jamás se olvidan...
ResponderEliminarSi yo fuera un hada, con mi varita mágica le daría a los niños el don de la curiosidad, que es distinto a ser indiscretos...
Preciosa entrada, Juan.
Un beso.
La imagen es conmovedora, Juan y el diálogo aún más...Vemos la curiosidad del nieto y la humildad del abuelo, que después de haber vivido tanto, no puede contestarle...Quizá el fuego que llena de luz la habitación, cuando se apague le de al niño la respuesta que espera...
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, Juan.
No he conocido a mis abuelos, a ninguno. Y los echo de menos.
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