¡No,
amiga, no!
yo,
al igual que tú, amo la vida
y
no me pongo “cansino” ante la puta muerte.
Yo,
como tú,
añoro
los paisajes,
tiemblo
con las bellas sensaciones
y
con los sinceros latidos
que
el corazón ordena.
No,
no me gusta la poesía decadente
ni
rimar las palabras
con
negros nubarrones de tristeza.
Como
tú,
prefiero
el vals de las espigas,
los
molinos que molturan realidades,
la
brisa que el mar ofrece,
cuando
la tarde recoge las tumbonas.
Necesito
la poesía,
para
poder gritar aquello,
que
algunos callan y nos duele.
Pero
la vida,
esta
mi vida de ahora,
le
pone sordina a las sonrisas,
alumbra
desesperanzas,
cuando
busco la alquimia que procura
la
ternura alegre de un poema.
Me
lo dice cada mañana,
este
dolor que me corroe las entrañas,
este
freno de viajes diseñados,
de
sueños programados,
este
dolor de no poder llegar
a
lo que añoro y pienso.
Este
delirio de saber
que donde llega el pensamiento,
no
acaban de llegar mis huesos.
Me
pasa,
y
lo siento por Celaya,
que
a mi poesía se le ha mojado
la
pólvora del futuro.
¡La
debí gastar en salvas sin sentido!
No
amiga, no.
Yo,
al igual que tú, amo la vida.
Cuando
mi mente viva llega
donde
no pueden llegar mis piernas,
entonces
si me nace una puta tristeza!
Amigo Juan, puede que mis piernas me lleven mas lejos pero ni de lejos alcanzo una mente que escribe poemas como este.
ResponderEliminarUn abrazo
La sonrisa predispone a un caminar mas ligero pero es cierto que a veces no es mas que un disfraz. Digo lo mismo que Emilio no son las piernas las que mueven el mundo, es tu sabiduría la que teje uniendo versos tan magníficos como estos y que nos hablan de tristeza, no la despreciemos es tan necesaria como la felicidad. Un abrazuco
ResponderEliminarOído cocina!
ResponderEliminarSí, me doy por aludida. Si alguna vez he escrito más de la cuenta, te pido disculpas, lo he hecho desde el dolor que me producía pensar que lo estabas pasando mal. Sin embargo no me arrepiento, aunque no volverá a ocurrir, si ello ha sido la causa de este magnífico poema que hoy nos dejas.
Quizás..., a lo mejor... las palabras de esta joya no iban dirigidas a mí y presuntuosa me lo he creído. Quizás sólo fueran temas recurrentes para fraguar un poema... Quien sabe...
Suscribo una a una las palabras de Emilio y también las de Ester y lleva razón al decir que "la sonrisa predispone a un caminar más ligero" y contigo se me hace duro pensarte triste, precisamente porque amas la vida, por eso cuando te leo me duele todo aquello que le "pone sordina a tus sonrisa" y me duele el dolor que corroe tus entrañas". Entonces, querido amigo, es cuando mi sonrisa se vuelve disfraz, sólo entonces, créeme.
Ahora soy yo la que me estoy poniendo cansina, perdóname.
Un fuerte abrazo.
Yo también amo la vida, pero es triste saber que donde puede llegar el pensamiento no pueden llegar mis huesos.....Juan, un poema lleno de tu sentir que a mi alma estremece.... Saludos a la distancia amigo.
ResponderEliminarAún así, el mero hecho de que llegue tu mente, es mucho, muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo
Querido amigo: digo lo mismo que tu primer comentarista Emilio Manuel, y suscribo cada una de sus letras.
ResponderEliminarSolo le ha faltado: Plás, plás, plas, plas, plás. . . . . .
Efectivamente, se puede caminar ligero volando con el pensamiento, somos un saco de huesos que va fallando pero la vida es mucho más, es como un libro de poemas escrito con una sensibilidad y un gusto como el tuyo.
ResponderEliminar👍👍👍👍👍👍
Donde telleven los sueños, llegarán los huesos, pero a su ritmo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una dulzura este poema, Juan.
ResponderEliminar=)
Con tu sensibilidad y creatividad, llegas a todas partes, querido amigo.
ResponderEliminar¡Magnificooooooooooooo!!!!
Besos.
Ahora que está tan reciente el "suicidio asistido" de la señora que padecía ELA, me surge una pregunta al hilo de tu poema: ¿merece la pena estar aquí, en esta vida, cuando mi mente está lúcida y prisionera en un cuerpo que no le responde? Lógico que nazca la puta tristreza.
ResponderEliminarEmotivo poema, Juan.
Bss.
Amigo, Juan:
ResponderEliminarSi tuviera alumnos de literatura te pediría permiso para llevarme el poema y hacer un comentario con ellos. Es una maravilla cómo vas desgranado tu sentir.
Personalmente me entristece tu tristeza.
Has escrito un gran poema.
Besosssss