Estoy de acuerdo con
Manuel Vicent, cuando dice que "vendería mi alma al diablo, antes que
refugiarme en la nostalgia", por lo que me gustaría, que quien se atreva a
leerme, entienda que lo que voy a escribir, es una cierta mirada atrás, sin
nostálgicos prejuicios pero con la constatación de una vivencias reales, que he
podido ir comprobando con el paso de los años.
Entiendo que los
tiempos cambian de la misma manera que cambian las personas y por el mismo
motivo vital, cambian las costumbres y los modos de convivencia. Lo entiendo
como normal y positivo, porque si no, nos veríamos anclados en un pasado
inamovible y frustrante.
De la misma manera,
siempre he creído que había cosas que debían ser básicas y constantes y que
desgraciadamente, veo que no son como yo pensaba.
¿La culpa es mía por
seguir creyendo en unos conceptos, que algunos pueden creer arcaicos y
anticuados? Seguramente sí, pero me cuesta entenderlo.
Miro hacia atrás y se
van quedando en el camino cosas, seguramente intrascendentes, pero que yo hecho
a faltar.
No puedo entender que
al pasar al bar, la panadería o cualquier otro lugar y demuestre mi educación
diciendo !buenos días!, la mayoría de las veces, esa sencilla, pero benéfica
frase, reciba la absoluta callada por respuesta. ¿Tanto cuesta responder a mis
buenos deseos, con una simple palabra, un gesto, una sonrisa? Pues si debe
costar, cuando todos se refugian en un silencio rácano, pobre y separador.
Ya sé que el problema
de la vida actual es la prisa. Nadie tiene tiempo para nada, nadie es capaz de
ceder el paso, de ayudar al que siente que sus pasos se enredan en la maraña
lenta de los años, nadie es capaz de ceder un solo segundo de su tiempo, para
preocuparse, aunque sea mínimamente, de los demás.
Es tiempo de aridez y
sequedad y los embalses de las sonrisas están bajo mínimos.
Hay gente que sale
cada mañana a la vida con el gesto hostil y desagradable de la contienda y el
hastío.
Yo he sido, soy y seré
furibundo defensor de la igualdad de la mujer con respecto al hombre y defensor
a ultranza de todos sus derechos, por lo que me duele que algunas no entiendan
que el ser educados con ellas, no me hace ser machista ni interesado. Lo
siento, yo seguiré cediéndoles el paso, mandándolas flores, ponderando sus
virtudes y alabando su belleza. Seguramente me tomarán como el residuo de una
educación trasnochada, pero es la que tengo.
Pero hay algo que me
preocupa sobremanera. Es el comportamiento de muchos jóvenes con los mayores.
Muchos de ellos no han
logrado entender, que esa libertad que la familia les da y la educación les
enseña, no puede significar el traspasar todas las barreras y no es necesario
arredrar en el triste rincón de la intolerancia a aquellos que les han hecho
posibles.
No deben olvidar, que ellos
son una semilla futura de achaques, de estorbos no deseados, pero también de
historias vividas, de experiencia y sobre todo serán el necesario cupo de vejez
imprescindible para que el mundo siga girando con las vueltas precisas.
A todos les recuerdo
las definitivas palabras de Cicerón; "nada resulta más atractivo en un
hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia".
Atractivo, tenga o no
tenga arrugas.
Estoy de acuerdo en todo, la educación es un grado y necesaria para la convivencia, los jóvenes (algunos) carecen de ella por culpa de sus padres, ni se la inculcan ni respetan a los profesores que se la enseñan, de hecho les quitan la autoridad. También me encuentro viejos que por serlo se arrogan los derechos y te empujan para pasar primero. Pero quiero decir que la mayoría cuando digo buenos días me responde, me sonríe cuando les deseo un buen día. Y me gusta que me cedan el paso. Un abrazo
ResponderEliminarQué buen texto, Juan. Me encanta como dices las cosas tan clara, tan sencillas y tan concisas.
ResponderEliminar¡Qué queremos de nuestros jóvenes si algunos padres no son capaces de saludar, ni de ceder el sitio!
La educación no es un valor de moda, me parece curioso cuando subo al bus y ningún viajero dice buenos días al conductor.
Algunos padres "educan" a sus hijos dejándoles que sean los niños ellos mismos, aunque eso suponga que todo el vagón del metro soporte los berridos del crío.
En fin, que no me queda más remedio que darte toda la razón.
Y te deseo una feliz noche.
Besos
Llevas toda la razón. La educación es imprescindible para transitar por la vida.
ResponderEliminarHay de todo pero lo de los Buenos días me pone enferma, así es que aprovecho y te los doy ya que son las tres de la mañana:
Buenos días tenga usted!
https://www.granadablogs.com/juezcalatayud/2019/04/que-un-nino-llegue-a-los-14-anos-sin-haber-escuchado-un-no-puede-ser-hasta-peligroso/
ResponderEliminarEste enlace es del blog del Juez de Menores de Granada Emilio Calatayud, y en esa entrada explica una de las causas de que nuestros jóvenes que, ya se han hecho mayores, sean como son. En cuanto a lo de la violencia contra los mayores, es la cruz de la misma moneda, tanto escuchar que lo viejo no sirve que al final se confunde todo, incluidas las personas.
Un abrazo.
Es que dar los buenos días o ceder el paso me parecen cosas muy sanas, y para nada trasnochadas o sexistas. Las prisas no son óbice para ser ineducado, no lo creo.
ResponderEliminarUn abrazo y por un poco más de buenos modales. Feliz jueves
Eso se comprueba continuamente, Juan L. En un espacio pequeño como es un garaje, ¿cómo es posible que te encuentres con una persona que casi tiene su coche al lado del tuyo, y no es que ni conteste, sino que ni siquiera te mira? La verdad, muy penoso. Tienes toda la razón y te comprendo muy bien. Abrazo bien gordo.
ResponderEliminarHola Juan, estoy totalmente de acuerdo en todo lo que dices, los jóvenes hoy en día se creen que nunca van a llegar a las edades nuestras que siempre van a ser jóvenes y están muy equivocados en casi todo por no decir todo, hay una falta de educación que clama por su ausencia, cada vez la humanidad esta mas deshumanizada cada uno a lo suyo y da pena ver a lo que estamos llegando.
ResponderEliminarBesos.
Buenas Juan: que reflexión más sabia. Exenta de toda frivolidad. Verdadera como el cielo que nos cobija e irritante como una mosca en una siesta del estio. Los jóvenes de hoy, -salvo excepciones, que las hay-,són una pandilla de irresponsables, egoistas y egocéntricos. Los mayores precupándonos, para que les quede un mundo mas limpio, más justo y más humano , pero ellos són los primeros en desoir estas consignas. Les importan un bledo. Mientras a ellos les "mole", todo lo demás són batallitas de los abuelos. Ni caso.
ResponderEliminarSé que existen jóvenes con talento, estudiosos y sin artificios, pero són los menos. Rompo una flecha por ellos. Un saludo y muchas sonrisas.
Estoy de acuerdo con lo que has escrito, ¡buena reflexión!
ResponderEliminarUn saludo Juan.
La educación es un grado y la veteranía otro. No soy mayor, pero tampoco joven y chapeau por tu escrito. La sociedad está enferma o por lo menos necesita un tratamiento eficaz que cure esos síntomas de dejadez y de falta de buenos modales. No cuesta nada saludar, ni ceder el paso, ni ayudar a cruzar la calle a quien ya le flaquean las piernas
ResponderEliminarNunca dejes de ser como eres y sigue mandándo flores, se reciben tan pocas..
Un abrazo Juan.
Salgo con esa misma actitud todos los días y a veces hasta me contestan ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Cicerón te lo dice, ya tienes la cortesía y la tolerancia, ahora sólo queda armarte de paciencia.
ResponderEliminarSi observas mucha gente expresa lo mismo que tú, yo ya lo he leído en infinidad de cartas al director y esas monsergas, me pregunto ¿dónde están cuando das los buenos días?
Saludos.
Hay mucha razón en lo que dices Juan, hoy en día la mayoría va de prisa, y no solo los jovenes, adultos tambien. La buena educación se va perdiendo......Saludos amigo.
ResponderEliminarDejas poco espacio para otra reflexión que no sea la que señalas. De acuerdo en todo Juan.
ResponderEliminarPor otro lado eso del saludo, lo llevo a posiciones que chocan con lo que tu percibes. Paseo por un pueblo en el que llevo viviendo, y hemos trabajado en tiendas, más de 45 años. Conozco/nos conoce todo el mundo. Suelo afirmar que saludo a unas 100 personas al día. (60, 80, 100, según como venga el día). ¡Tengo ese interés y voy buscando el saludo! Miro a la gente a la cara. Y cuando entro en un establecimiento o me subo al autobús, ¡saludo! Y, principalmente cuando otros son los que saludan al abandonar el establecimiento.
Y algo muy importante también hago. Busco la relación, el contacto, el saludo, con los hijos de mis amigos... Podría decirse que la horquilla de edad de las personas con las que interactúo es muy amplia. Y ello tiene una razón buscada. Más allá de la satisfacción del contacto con "todo el mundo", un placer vayas donde vayas, está el hecho de que el día de mañana, tal vez, los amigos se vayan "yendo" y, si no has creado/tienes un amplio círculo de amistades que sigan..., notarás cierta soledad.
Abrazos.
Soy Ernesto del blog "Cayado de sándalo". Escribo por esta cta porque la mía habitual se ha bloqueado de momento.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en todo, que te voy a decir .
ResponderEliminarÚltimamente, a veces, me ceden el asiento en el metro y me asombro pero me gusta aunque eso me hace ver que realmente ya "soy mayor" y por eso lo hacen. Un abrazo.
Buena reflexión, Juan. Los valores humanos se echan de menos. La educación en casa y en el colegio han sido deficientes. Nuestra sociedad de consumo lleva muchos años dando prioridad a la apariencia, al dinero y a todo lo frívolo...Es hora de volver al pasado, sin nostalgias. Tomar a los maestros clásicos y aprender el respeto, la paciencia, la amistad, el amor al trabajo y a ese equilibrio mente corazón, que nos enseñaron. A partir de ahí el espíritu volará libre y la convivencia mejorará nuestro mundo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu profundidad y buen hacer.
Toda una reflexión escrito con una educación sublime. Muchas veces pienso que unos buenos días para muchas personas no es solo por educación es que hay personas que son las únicas palabras que cruzaran ese día y una sonrisa es mucho para ellas. En cuanto a los jovenes más de lo mismo, se creen que van a comerse el mundo pero como a todos el mundo se los comera a ellos. Eres un hombre delicado y delicioso gracias por mostrar esa educación hacia las mujeres de la que andamos tan escasos. Besos.
ResponderEliminarRecuerdo que, hace muchos años, una compañera a la que cedí el paso a la entrada a la empresa me echó un chorreo que ni te cuento por hacerlo. Falso concepto del feminismo, tan de moda actualmente. Yo he seguido y seguiré cediendo el paso a cualquier mujer o persona mayor que yo, es algo genético. Ahora la educación y el respeto van por otro lado. Algún día se harán mayores y quizás entiendan. O no. Un abrazo.
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