domingo, 3 de noviembre de 2013

WALT WHITMAN




En un comentario a mi última entrada con el poema “HAY DÍAS…”,  el amigo Valaf, me ha, (nos ha), regalado un magnifico poema del insigne poeta norteamericano Walt Whitman.
Este agradable recordatorio, me ha llevado de nuevo a esas “Hojas de Hierba”, que he leído y releído mas de mil veces, pues cuando por cualquier circunstancia me faltaba lectura, ese era el lugar seguro para envolverte en humanidad y poesía.


Por el muy alejado año 1.960, mis posibilidades pecuniarias no debían ser muy boyantes.

Cuando se pasó por mi domicilio el vendedor de la Editorial Aguilar, por otra parte viejo conocido, solo le compré una edición en piel, pero en miniatura de las Obras Escogidas de Walt Whitman, que más parecía un breviario de seminarista, que la traducción hecha por Concha Zardoya, de los más importantes poemas del, para mí, mejor poeta de Estados Unidos.

Desde ese lejano año de 1.960 hasta hoy he repasado en multitud las páginas de ese librito, que me han enseñado mucho acerca de los sentimientos democráticos y hondamente humanos del poeta nacido en West Hills, Nueva York.

Ahora cada vez me cuesta más leer sus poemas, dada la pequeñez de la letra del librito, pero aun así lo retomo con cierta frecuencia, ávido de la pureza de su poesía.

He elegido para vosotros el poema XLVIII del “Canto a mí mismo” de su libro “Hojas de Hierba”:

Yo he dicho que el alma no vale más que el cuerpo, y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma, y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo.
Y aquel que camina una sola legua sin simpatía,
Camina en un sudario a su propio funeral.
Y yo o tú, sin un centavo, podemos comprar el pico más alto de la Tierra;
Y el fulgor de una pupila y un guisante en su vaina confunden a la ciencia de todos los tiempos.
Y no hay más oficio o empleo que aquel que enseña al joven a ser un héroe.
Y que no existe un objeto, por blando que sea, que no pueda trocarse en el eje de la rueda del Universo.
Y digo a todos los hombres y mujeres: “Que vuestra alma conserve la serenidad y el dominio de si misma ante un millón de universos”
Y digo a la Humanidad: “No seáis curiosos con respecto a Dios.
Porque yo, que soy tan curioso con respecto a todo, no tengo ninguna curiosidad por Dios”
(Ningún lujo verbal podría expresar cuán tranquilo me siento acerca de Dios y de la muerte)
Yo oigo y veo a Dios en cada objeto, pero no lo comprendo,
Como no comprendo que haya nada en el mundo más admirable que yo.
¿Por qué he de empeñarme en que Dios sea mejor que este día?
En cada una de las veinticuatro horas veo algo de Dios, y en cada minuto también.
En los rostros de los hombres y mujeres, yo veo a Dios y en mi propio rostro del espejo.
Encuentro cartas de Dios en la calle, y todas ellas están firmadas con el nombre de Dios.
Y las dejo donde están, porque sé que en cualquier sitio encontraré otras semejantes.
Otras llegarán puntualmente hasta mí, por los siglos de los siglos.

Acabo con unas palabras de su biógrafa y traductora Carmen Zardoya: “En el sentido de Whitman la vida no es quietud, sino lucha contra la quietud y la inercia: es la creación, el eterno empuje contra la gravitación del pasado, la búsqueda del futuro: Sabe que solo se vive cuando no se pregunta por qué se vive, sino cuando se vive para vivir. No pretende ,pues, la paz, sino la vida.”

12 comentarios:

  1. En 1960 no tendrías dinero, pero el que tenías lo sabías emplear bien.
    Whitman es uno de mis preferidos , quizás porque yo también creo fervientemente que la vida se vive para vivirla.

    ResponderEliminar
  2. En tiempos de facultad compré Hojas de hierba en una feria del libro, en Valencia. Se trataba de un ejemplar de segunda mano, tapas blandas y con varias hojas sueltas, pues bien, era uno de los libros fijos que tenía en mi habitación, ese y otros dos.

    Whitman es vitalidad, es un permanente canto a la vida, incluso cuando cantaba a su propia muerte y pedía que le brotaran flores del pecho. Whitman es la antítesis de la derrota versificada, de los lloros y las mortajas en vida (muchos de esos poemas, los negros, escritos por verdaderos profesionales del llanto...sabedores de que el plañiderismo, vende y/o atrae la atención de los lectores, sea en el medio que sea).

    En cierto modo, solo en cierto, tiene algo que ver con el vitalismo de Friedrich Wilhelm Nietzsche, aunque te ruego que cojas con pinzas la comparación: sólo es un cierto aroma que nos recuerda que, pese a todos los vendavales que azotan cualquier vida y cualquier sociedad, en el fondo...es una cuestión de actitud.

    Un placer leer tu post, amigo mío.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  3. Se me anticipó Valaf con esta frase: "...pese a todos los vendavales que azotan cualquier vida y cualquier sociedad, en el fondo...es una cuestión de actitud." :)
    De nosotros depende esta actitud aunque no siempre sea fácil.
    Gracias por este bonito poema.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  4. Adoro a Whitman he leído y releido como tu sus "hojas de hierba" siempre refugio. Un abrazo Juan

    ResponderEliminar
  5. Ay, cuando tan poco teníamos y tanto valorábamos lo que conseguíamos...

    Me has hecho recordar inevitablemente a "El club de los poetas muertos", que fue donde conocí a Whitman. Un libro y una película que no dejan indiferente.

    No puedo estar más de acuerdo con las palabras de su biógrafa, las cuales suscribo, y con las de Valaf, que no podría haberlo definido mejor.

    Será cuestión de actitud, gracias por recordármelo. Creo que no me vendría mal una buena dosis de Whitman...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Increíble la lucidez y la serenidad que desprende. Crecí con Whitman bastante cerca, por amigos y hermana y sin embargo, nunca lo leí completo, siempre trozos.
    Entiendo tu admiración, gente así se nos mete entre la piel y los huesos y camina por nuestra sangre.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Como ya lo han comentado, cuestión de actitud.

    Un beso Juan

    ResponderEliminar
  8. Apenas conozco un par de poemas de Whitman y me encantan pero no tengo ningún libro de él. Buscaré en la biblioteca el libro del que nos hablas hoy que estoy convencida de que me hará pasar muy buenos momentos y pensar y sentir.

    Besos

    ResponderEliminar
  9. Un buen referente nos traes querido amigo, se poco de Whitman, pero lo que se me gusta, intentare leer mas de el, puesto que solo dice verdades en sus textos.
    Gracias y besos.

    ResponderEliminar
  10. Mañana te leo con tranquilidad Juan

    un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Tuve tiempo y me alegro de haber leído este poema de W. Whitman. La primera vez que leí a este poeta, tampoco hace tantos años jaja, me sorprendió su naturalidad, su humanismo y claridad; ésto último es lo que más me agradó.

    "Retoza conmigo sobre la hierba, quita
    el freno de tu garganta,
    no quiero palabras, ni música,
    ni rimas, no quiero costumbres
    ni discursos, ni aún los mejores,
    sólo quiero la calma, el arrullo de tu
    velada voz".

    es inmenso.

    un abrazo Juan

    ResponderEliminar
  12. Y qué es la vida? hoy, hoy es la vida.

    Me encanta aprender aquí!

    ResponderEliminar