ACCIDENTE
(Microrrelato)
Lo leyó en la prensa y
se asustó. Según la revista médica “The Lancet”, en al año 2016, el consumo de
alcohol era el séptimo factor de riesgo de muerte prematura y de invalidez en
el mundo y la principal causa de muerte entre las personas de entre 15 y 49
años.
Según una doctora
apellidada Gakidon, eso de que una o dos copas de vino al día son buenas para
la salud, no dejaba de ser una leyenda urbana.
Él ya había pasado de
los 50 y aunque no se reconocía como un bebedor empedernido, supera con
creces esas dos copas de vino de las que hablaba la doctora de apellido
impronunciable.
A pesar de una cierta
pigmentación roja de sus mejillas, que le daban un aire nórdico y saludable, su
salud era perfecta, si descontamos algún catarro y una cierta ronquera, que
cada poco se le subía a la garganta.
De cualquier manera,
la noticia leída le produjo un cierto desasosiego. Ama a la vida y no quiere
ser él al que le toque ser el elegido, por la maldición del estudio, de entre
esos 2.400 millones de bebedores del mundo.
Dejará de beber, lo
tienen decidido. Pero quiere despedirse a lo grande.
Se dirige a una
conocida “enoteca” y compra un Pingus PSI
2010, (30€ la botella, que hasta ahí pueden llegar sus posibilidades), con
la que piensa, con ayuda de algún aperitivo, acabar como merece su vida de
bebedor.
A la salida de la
tienda de vinos y absorto en sus pensamientos, camina por la acera, sin
percatarse de que un patinete eléctrico, conducido por un atlético joven, viene
en dirección contraria y se abalanza sobre él, atropellándolo.
Afortunadamente el
golpe no es mortal, pero dolorido y mareado en el suelo, se palpa y comprueba
que su mano se tiñe de un líquido cálido y rojo.
Antes de perder el
conocimiento, le da tiempo a susurrar:
.-!!!Dios
mío, que sea sangre!!!
Muy bueno!!! :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Fantástico relato, Juan. Te hace parar a meditarlo.
ResponderEliminarTe felicito.
Besosss
Lo primero es lo primero :)
ResponderEliminarUn saludo.
Final sorprendente. Y eso que no era un gran bebedor, ja,ja. Lo cierto es que el alcohol está considerado una droga blanda.
ResponderEliminarBuena entrada.
uy bueno el post. Claro que hay que cuidarse, del alcohol, sin duda, y de gente en patinete parece que también :-)
ResponderEliminarUn abrazo, y por una noche con una copa de vino, si ella esta bien acompañada, porque seguro que no hará poco daño´
Enternecedor final.
ResponderEliminarEsperemos que la sangre no llegue al río.
Chin-chin.
(sonrío) Yo tambien hubiera hecho la misma exclamación, y mas teniendo en cuenta que el vino está considerado alimento, que es saludable diga lo que diga la doctora y que está muy bueno. Encantador relato. Abrazossss
ResponderEliminarTremendo final... Desgarrador...
ResponderEliminarMuy buen relato pero teñido de amargura.
El tío, en el fondo, estaba hasta los huevos de vivir.
ResponderEliminarSaludos
Me encantó. Un final inesperado o no ...
ResponderEliminarJuan Luis, me gustaría hacerte una pregunta en privado.
El correo de este blog es:
angulos.chelodelatorre@gmail.com
Un relato que nos hace reflexionar a todos sobre los miedos...El protagonista creyó que el suceso había sido causa de su "amor al vino"...Detrás de la esquina nos espera cualquier sorpresa inesperada, de la que no somos responsables.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo,Juan.
Un relato buenisimo y que lleva a reflexionar. Besos.
ResponderEliminarDisfruté con tu final, me has hecho sonreír
ResponderEliminarUn beso, Juan
Muy gracioso final !!! Hola me presento, soy hija de Scarlet del blog bordando sueños y en memoria de mi madre he comenzado un blog de devocionales cristianos, te dejo invitado. Saludos
ResponderEliminarjajaja! Vaya tela que con el buen hombre! Antes muerto que perder 30€ en vino! Un aplauso, Juan.
ResponderEliminarBss.
Vaya con el microrelato que se las trae eh? Me has sorprendido, auqneu ya me esperaba una cosa por el estilo. Perfecto Juan, Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminar:D Moraleja: no hagas caso de las estadísticas agoreras y sigue bebiendo con moderación. pero ten cuidado con los patinetes urbanos, esa nueva plaga que invade nuestras ciudades :) Abrazo, Juan.
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